domingo, 20 de mayo de 2012

El miedo y la toma de decisiones




por Angel Baguer Alcalá

La toma de decisiones es la elección racional entre alternativas caracterizándose este proceso por la indecisión ante el riesgo y el temor a lo desconocido.

Todos a lo largo de nuestras vidas estamos tomando continuamente decisiones, incluso aunque no las tomemos ya que en este caso no deja de ser también una toma de decisión.

Desde que llegué a la universidad procedente del mundo empresarial, hace ya diez años, he detectado que las nuevas generaciones de estudiantes, mejor preparadas y con mejores medios que las anteriores, adolecen sin embargo de falta de decisión, se resisten a hacer un juicio o alcanzar una conclusión, siendo el miedo el obstáculo más grande en la toma de decisiones.

Las generaciones universitarias de hace tan solo diez años no se parecen en nada a las actuales en este sentido. Excepto alumnos con habilidades de liderazgo, que los hay y muy buenos, muchos de los universitarios de hoy tienen miedo a tomar decisiones. Lo tienen casi todo: una sólida formación, conocen idiomas, han salido al extranjero con los programas de estudios internacionales o por su cuenta, conocen y les gustan las nuevas tecnologías. Sin embargo son muchos los que acuden a los despachos con grandes dudas a la hora de tomar decisiones. Sienten miedo a la incertidumbre y al riesgo que conlleva. ¿Dónde radica el problema? ¿Cuál es el origen del mismo? Parece que se debe al proteccionismo excesivo en la propia familia, en los propios centros educativos y en el entorno social, que acomoda a las personas a que las decisiones las tomen otros por ellas.

Independientemente de la edad, tanto para las nuevas generaciones como para cualquier otra persona, el mensaje frente al miedo para la toma de decisiones es que cuando se toma una decisión habiendo realizado un análisis detallado del problema no existe la equivocación como tal. La decisión ha sido correcta en el momento. Sin embargo el resultado de la decisión puede ser malo como consecuencia de la alteración, desviación o interpretación errónea de los parámetros del escenario que sirvió de modelo.

En la vida profesional muchas personas ponen a prueba su capacidad para elegir entre el deber, el poder o el querer tomar determinadas decisiones.

Hasta hace poco, cuando las organizaciones estaban estructuradas funcionalmente con modelos verticales y muchas jefaturas, la toma de decisiones estaba muy ligada a los cargos directivos. Actualmente en que la estructura empresarial tiende a la organización por procesos, cualquier persona de la organización tiene que tomar cada vez más decisiones, de ahí la necesidad de utilizar frente al miedo un proceso adecuado para decidir, cuyas fases se enumeran a continuación.

1) Definir con claridad el problema
Es el punto fundamental ya que de este punto de partida depende todo el proceso para la toma de decisiones. Si la definición es errónea los pasos siguientes se apoyarán en una incorrección de partida.

2) Identificar las limitaciones del proceso
En muchos procesos de toma de decisiones existen limitaciones tales como la falta de recursos materiales y humanos, disponibilidad de tiempo, cualificación de las personas del equipo del proceso, movilidad de las mismas, financiación del proyecto, etc. Así, por ejemplo, la decisión de comprar una máquina puede estar condicionada por la falta de dinero y hacerla inviable. Un trabajador puede tener la posibilidad de cambiar de empresa y ocupar un puesto mejor, pero puede estar condicionado por el hecho de que su mujer trabaje y no sea posible el traslado.

3) Analizar y desarrollar todas las alternativas potenciales
En este apartado no debe desecharse en principio ninguna alternativa teniendo siempre en cuenta la historia de hechos análogos o relacionados con el mismo, opiniones de expertos en el tema, consultas a directores o personas de otras organizaciones y publicaciones existentes.

4) Análisis de las alternativas
Se determinan los puntos fuertes y débiles de las mismas utilizando todas las técnicas que se conocen: datos estadísticos, análisis de riesgos, simulaciones, dinámica de sistemas, árboles de decisión y programas informáticos.

5) Elección de la mejor alternativa
Se elige la solución que más puntos fuertes tenga frente a los débiles.

Posteriormente a la elección de la mejor alternativa es muy importante que todas las personas del equipo que se encargue de la implantación conozcan a fondo la decisión y como y cuando deben actuar.

La evaluación de la toma de la decisión proporcionará la información en cuanto a resultados positivos o negativos pero recuerde que si los pasos enunciados anteriormente los realizó con criterio y profesionalidad usted tomó adecuadamente su decisión.

Autor: Angel Baguer Alcalá - Dr. Ingeniero Industrial y Consultor de Dirección
Profesor de la Escuela Superior de Ingenieros de TECNUN (Tecnológico de la Universidad de Navarra). ESPAÑA

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