lunes, 19 de marzo de 2012

Pensamiento estratégico… entre pasado y futuro




por Silvia Ahumada

El pensamiento estratégico depende en gran medida de la capacidad del directivo de percibir, analizar y pensar profundamente en un objetivo puntual con visión a largo plazo. La importancia del pensamiento estratégico se refiere a si los recursos que se comprometen en alguna decisión representan una porción representativa de los recursos totales. Lleva a analizar las implicaciones a largo plazo de la decisión por los resultados que se decide. Entonces ¿En qué momento deberíamos juzgar si una decisión es buena o no?
El momento oportuno para juzgarlas es siempre A PRIORI. A posteriori generalmente hay subjetividad, racionalizaciones y pretextos estériles.
Pensamos que el tema es difícil porque en los negocios y en otros campos hay una posibilidad: Un resultado espectacular con una mala decisión, el juego de la ruleta suele suceder en los negocios, hay personas que tienen éxito a pesar de errores notorios, hay empresas que marchan “bien” pese a su director, quizá a mediano plazo.
Cabe una aclaración, no se beneficia al fracaso justificando que el resultado no es importante, el resultado es importante pero por incierto no es garantizable 100%. Por excelentes que hayan sido nuestros resultados hasta la fecha lo que en verdad nos debe interesar son los resultados que procedan de nuestras decisiones futuras.
Nos debe interesar el resultado que es el efecto pero lo que más nos debe interesar es “Cómo lograrlo” es decir su causa. Un vicio del directivo centrado excesivamente en los resultados es el buscar “culpables” cuando algo no ha salido bien, actitud con la que no ganará sino aumentar sus problemas. Si te centras solo en los resultados no aprendes a correr riesgos.
Hay una enorme diferencia entre decidir “sobre” (la alternativa decidida se considera en un mero nivel racional) y decidirse “a” (en donde la voluntad involucra a la persona entera). Es decir, no es lo mismo ser terapeuta matrimonial a “casarte”. Entonces la toma de decisiones nos debe comprometer en los dos niveles, racional y emocional, en ambos ámbitos detectar oportunidades, plantearnos objetivos y correr riesgos para alcanzarlos. Si no ves al futuro con el prisma completo podrás estar tratando de resolver todo sin lograr nada.
El pensamiento estratégico requiere desarrollar la capacidad intelectual de superar las condiciones presentes y pensar en el potencial del negocio, sus condiciones, su contexto. Una línea estratégica formulada con claridad orienta la implantación de acciones específicas, el objetivo es ordenar la realidad en tiempo y costo.
El proceso de pensamiento estratégico debe contener:
1.- Planteamiento.
Análisis de Alternativas (lo que podemos hacer) – ¿Qué acciones son posibles? (alternativas)
Análisis de Información (lo que podemos saber) -¿Qué consecuencias se derivan de cada alternativa? (expectativas)
Análisis de Preferencias (lo que queremos hacer) -¿Qué tan valiosas son las consecuencias de cada alternativa? (preferencias) -¿Cómo se escoge entre las alternativas? (reglas de decisión) Información sobre patrones, hechos o experiencias que tendrán que sistematizarse en acciones para reducir el fracaso potencial.
2.- Implementación: Definir indicadores de evaluación. Cuanto menor sea el diferencial entre lo planificado y lo ejecutado mayor será el éxito del proceso estratégico.
3.- Comunicación : Si todas las personas involucradas en el proceso no conocen y valoran los beneficios y puntos diferenciadores del plan y su implementación, difícilmente ser logrará permear en la cultura de la empresa. “El no comunicar no existe”
“…entiendo que todos estamos en completo acuerdo sobre esta decisión …entonces propongo que pospongamos la discusión de este asunto hasta nuestra próxima reunión para darnos tiempo para crear desacuerdo y tal vez entender mejor de que se trata realmente esta decisión” Alfred P. Sloan Director General de General Motors a principios de siglo
El pensar de forma estratégica nos ayuda a confrontar las ideas de negocio ante la escasez de recursos que por norma general cuenta la organización. Es entonces una capacidad de creatividad, creatividad enfocada para buscar patrones abiertos y flexibles que se vale de la intuición y análisis de la realidad para la toma de decisiones respecto al futuro posible. En éste sentido el director debe ser capaz de generar un sentido de urgencia en su equipo de modo que sean capaces de actuar hoy siempre con sentido futuro. La eterna discusión entre el valor de aprender del pasado contra el análisis del futuro.

Autora Silvia Ahumada (@silvia_ahumada) - Profesora de Management y Entrepreneurship.
------------------------------------
Puedes encontrar más material relacionado al presente, en nuestros Blog
Gestión y Dirección de Empresas Familiares http://ingjosewquan.blogspot.com
Gestion de PYMES
http://gestiondepymes.over-blog.com
Emprendimiento Total
http://emprendimientototal.wordpress.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario