viernes, 2 de marzo de 2012

Cómo tratar con personas difíciles


Es un hecho que tratar con personas negativas, desagradables, groseras o agresivas puede minar tu autoestima más que cualquier otra experiencia que puedas tener, ya que tu felicidad depende en gran parte de tu interacción con otras personas. Parece que los problemas de los demás a menudo nos descolocan, bajan nuestra autoestima e influyen en nuestro humor y nuestra actitud. Así perdemos efectividad y nos distraemos de lo que realmente queremos en la vida.

¿Cómo mantenerte positivo y en control de tus emociones frente a una persona desquiciante? Una alta autoestima te da la seguridad y el aplomo de saberte capaz de relacionarte con cualquier persona, a cualquier nivel y en cualquier situación. Es fácil relacionarse con personas estables, pero la verdadera prueba de tu progreso está en saber salir adelante en las situaciones más repugnantes. Tratar con personas difíciles es una de las habilidades tope de tu desarrollo personal. Te permite avanzar más rápido y más lejos de lo que te puedas imaginar. Por ejemplo, en el trabajo tú te relacionas de manera efectiva con decenas de personas, pero un solo conflicto con una de ellas puede destruir tu nivel de desempeño y tu autoestima. Ya que eres tan sensible a las palabras y acciones de otras personas, un solo conflicto puede tenerte desubicado, preocupado y agobiado durante demasiado tiempo. Cuando tienes un problema con un compañero, o con tu jefe o con alguien de tu familia, tu desempeño baja de golpe. Por ejemplo, si te llevas mal con tu superior, estás preocupado todo el tiempo, pensando en la situación, y en lo que has hecho o dejado de hacer, y te llevas el problema a casa. Y así inoculas el virus en tu familia, y la comunicación falla, y duermes mal. Esta es la prueba de cómo las personas que son importantes para ti afectan a tu autoestima y confianza. Es como una sombra que se cierne sobre tu vida entera. ¡Y se trata de una sola persona!

Las personas de más alta autoestima son capaces de difuminar hábil e inmediatamente cualquier conflicto o malentendido que pudiera surgir. En todas las relaciones hay espacio para la fricción y el malentendido. Tu trabajo consiste en asegurar la armonía de tus relaciones gestionando el conflicto. Hasta las mejores personas que puedas conocer tienen momentos difíciles, y tu tarea es esclarecer la situación y limar asperezas. Me he encontrado con innumerables personas que renuncian a su felicidad y a su avance por no se atreverse a gestionar de manera constructiva y efectiva una relación conflictiva, o no saber cómo hacerlo. La clave para gestionar el conflicto personal es: atácalo de frente.

Se han realizado numerosas pruebas a directivos y empleados acerca de cómo les gustaría ser tratados si se vieran diciendo o haciendo algo inaceptable o inadecuado, o causando un problema a un compañero o a un subordinado, ofendiéndolo. Se pone como ejemplo tener halitosis, falta de higiene, levantar demasiado la voz, hablar a voces con el móvil, manifestar algún rasgo de personalidad que moleste a los demás. Más del 90% contesta que preferiría que el otro viniera de frente y le contara el problema sin rodeos para poder manejarlo inmediatamente. La mayoría se considera capaz de aceptar un feedback constructivo y lo prefiere antes de tener a la gente disgustada alrededor y hablando a las espaldas. Las mismas personas fueron sometidas a otro test en el que se les preguntaba cómo resolverían las mismas cuestiones desde el lado contrario. Y lo interesante es que los mismos que preferían recibir feedback directo creían que los demás son demasiado sensibles para soportar el mismo feedback, y que es necesario ser muy cuidadoso y precavido. Las respuestas incluían notas anónimas, alusiones indirectas o incluso conversaciones con el entorno. Así se demuestra que casi todos pensamos que los demás son muy sensibles e incapaces de soportar una sincera y directa conversación, así que recurrimos a subterfugios, o al silencio, escondiendo nuestras emociones para no herir al otro, antes de señalar directamente el problema.

Uno de los miedos más limitantes que sufren las personas en sus relaciones con otras es el miedo a la confrontación. La mayoría sostiene la creencia de que la confrontación es odiosa. Tú también te has visto alguna vez reprimiendo tu dignidad o tus emociones, y fingiendo que todo está bien y que no pasa nada. Y entonces te escaqueas. La evasión es probablemente el peor recurso que la mente usa para no confrontar. Las personas recurrimos a la evasión cuando nos negamos a afrontar algo que nos hace infelices. La evasión es una forma de represión que causa enorme estrés físico y psicológico. Hay un principio que dice “lo que la mente esconde, el cuerpo lo expresa”. Cuando te niegas a afrontar problemas menores que persisten en el tiempo puedes sentir alguna contracción física, síntomas de estrés y de baja energía. Pero cuando te evades de algún asunto mayor en el que has colocado mucho ego y mucha emoción, te pones en riesgo de contraer enfermedades graves como la depresión. Así, las personas que afrontan sus problemas con fluidez son personas más sanas física y mentalmente que las que están habituadas a escaquearse esperando que los problemas desaparezcan o se resuelvan solos.

Por todo esto, la habilidad de afrontar honestamente situaciones estresantes o dificultades personales es absolutamente imprescindible para alcanzar una alta autoestima.

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