sábado, 22 de diciembre de 2012

Empresa Familiar: Accionistas pasivos y privilegios






por Josep Tàpies
Ya he dicho en otras ocasiones que no me gusta la denominación accionistas pasivos para referirse a aquellos miembros de la familia propietarios de acciones que no trabajan en la empresa familiar.
Sin embargo he de reconocer que es una manera rápida y sintética de llamar la atención acerca de un problema que con frecuencia se da en las empresas familiares.
Me refiero a la diferencia de trato que reciben aquellos que trabajan en la empresa con respecto a los que solo acuden a la junta de accionistas una vez al año.
Los que trabajan en la empresa a veces tienen privilegios que no tienen los accionistas: coche de empresa, seguro de salud, tarjeta de crédito para determinados gastos personales, etc.
Si estuviésemos en el contexto de una empresa no familiar esto sería lo mas normal del mundo, en cambio en las empresas familiares con frecuencia estos son temas que ponen en peligro la confianza y consecuentemente la unidad familiar.
Muy frecuentemente son temas relacionados con aspectos emocionales cuyas manifestaciones tienen un amplio espectro, desde los celos hasta los conflictos abiertos que llegan a poner en peligro la continuidad de la empresa familiar.
La razón hay que buscarla en la personalidad de cada uno y en la falta de asunción de los tres roles que se dan en toda empresa familiar: Familia, Empresa y Propiedad.
La gente suele confundir la igualdad de trato a la que tienen derecho todos los miembros de la familia, con la igualdad de derechos en el desempeño de los otros dos roles mencionados. La viabilidad y la sostenibilidad del proyecto empresarial depende en gran medida de la capacidad de diferenciar los roles que corresponden a cada miembro familiar.
Cuando el director general es a su vez el cuñado, hay que vigilar muy bien el contexto en el cual se plantean los temas relevantes para el ámbito de la empresa y para el ámbito el ámbito de la familia. Poniéndose en el lugar del otro, las cosas se ven de forma distinta y es importante que dos miembros de la familia siempre procuren tener claro desde que rol están hablando.
Comprendo que es difícil de explicar en casa porque el cuñado tiene coche en leasing que lo paga la empresa y uno no lo tiene, pero en aras de la paz hay que hacer constante pedagogía acerca de los roles.
A ningún accionista de una empresa cotizada en bolsa se le ocurre pensar que tiene derecho a los mismos privilegios que el director general de esa empresa cotizada. Dicho sea de paso, el director general de esa empresa tiene una serie de obligaciones, responsabilidades y riesgos de los que los accionistas de la misma se encuentran exonerados.
Así pues si está ya inventado en otros ámbitos aplíquense las buenas prácticas de esos ámbitos que para eso existen.
Autor Josep Tàpies
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