domingo, 17 de febrero de 2013

Como evitar conflictos






Por: Marta Morón
Cuando creemos estar en posesión de la verdad, nos empeñamos en querer llevar razón por encima de todo, y esto puede provocar conflictos y deteriorar las relaciones.
Hoy vamos a hablar de esas ocasiones en las que estamos seguras de lo que decimos, pero el otro(s) se empeña en querer llevar razón de forma recurrente. Es importante que sepas manejar esta situación, y por eso voy a darte unas pautas para que evites el conflicto, y que así tus relaciones no se resientan.
Autoanálisis
El primer paso es el autoanálisis. ¿Existe la posibilidad de que sea yo la que se empeña en querer llevar razón, y no estoy siendo razonable?
Este primer paso es muy sano. No se trata sólo de humildad, es inteligencia emocional, ya que siempre cabe esa posibilidad. ¿Te imaginas darte cuenta después de que eras tú la que se empeñaba en querer llevar razón y la que ha generado el conflicto? Evita sentirte mal después, haciendo esta reflexión antes.
En ocasiones, sobre todo con determinadas personas, cedemos siempre. Hasta que llega un día en que la situación se nos escapa de las manos. Piensa que las relaciones deben ser equilibradas para que funcionen bien, y cuando siempre es el mismo el que cede, al final se acaban resintiendo porque terminas sintiendo que el otro te falta al respeto, sin pensar que has sido tú quien lo ha consentido.
El problema está en que empiezas cediendo por cortesía, o por evitar conflictos, o incluso por amor a tu pareja o a alguien cercano. Pero eso a la larga acaba pasando factura. Debes ser coherente: si lo haces por amor “de verdad”, no te molestará ceder. Pero si lo haces por no generar conflictos, piensa que el otro se acabará acostumbrando y eso le hará querer llevar razón siempre.
Restablecer el orden en las relaciones
Si ya estás viviendo esta situación aprende de tus errores para la próxima vez, pero ¿qué hacer ahora? Lo mejor para ti será cambiar las cosas, no es bueno para vuestra relación que la situación se prolongue y que cada vez te provoque mayor disgusto.
Piensa en la forma de arreglarlo que más se ajuste a tu personalidad. Podrías hablar con esa persona y explicarle lo que sientes, aunque sin hacerle único responsable, no sería justo ya que tú también tienes responsabilidad en este asunto por haber cedido tantas veces. Podrías dejar de ceder y aguantar el chaparrón con la esperanza de que la otra persona se acostumbre a tu nueva “yo” que ya no está dispuesta a ceder siempre. O piensa en otras posibilidades que se adecuen más a tu forma de ser.
Las relaciones personales nos importan mucho, ya que el ser humano es sobre todo relacional. Siempre que cedas por segunda vez con alguien que tiende a querer llevar razón, piensa cómo te sentirás si la situación se repite hasta ser un hábito. Si lo que ves no te gusta, pon remedio ahora para evitar conflictos en el futuro, siendo asertiva al rebatir y sabiendo poner fin si no os ponéis de acuerdo.
“Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él” Florence Nightingale.
Autora Marta Morón
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