jueves, 22 de diciembre de 2011

Toma de decisiones y comportamiento ético

En algún momento, en medios de comunicación y en otros foros ha surgido el tema de qué parte de responsabilidad tienen las escuelas de negocios en la actual crisis económica. Que si lo que en ellas se enseña ha facilitado unas prácticas directivas excesivamente centradas en el logro de beneficios a toda costa. Que si no se ha puesto suficiente énfasis en la responsabilidad ética en la practica directiva, etc. También se habla de este tema cuando surgen sospechas de conductas dudosas en algún personaje relevante.

A raíz de esto muchas escuelas de negocios se han preguntado qué lecciones debían aprender de la actual situación. Han reelaborado sus programas de estudios y han puesto un mayor énfasis en sus cursos en el comportamiento ético de los directivos.

Yo, lo que he aprendido de todo esto es que debo seguir impartiendo mis clases del mismo modo como lo he venido haciendo hasta ahora: seguir poniendo énfasis en que la actividad económica y empresarial se debe centrar en la persona y no en los beneficios. Que los beneficios vienen después de hacer las cosas bien. Que hay que tener en cuenta no solo las consecuencias económicas de las decisiones sino también el impacto que tienen en los demás y en nosotros mismos. La actual crisis económica no ha hecho más que ratificarme en que el enfoque que doy a mis clases es el adecuado. Este ha sido mi aprendizaje. En definitiva que en la actividad económica y empresarial hay que cumplir los diez mandamientos.

Hay un error que me gustaría aclarar en este mensaje. Se piensa con frecuencia que la falta de comportamiento ético es propio de personas poco íntegras. Mi apreciación es distinta. Yo creo que la falta de comportamiento ético es propio de las personas poco inteligentes. Lo inteligente es actuar con integridad. Pues el principal perjudicado de los comportamientos inmorales es uno mismo. Y esto es ser tonto. En mis clases no enseño a ser buenos sino a razonar. A no actuar como un tonto.

Una buena decisión que podeis tomar esta navidad es regalar varios ejemplares del “Iceberg a la vista”. Después de estar cada jueves durante dos años acudiendo a la cita con los blog-lectores bien me podeis permitir esta cuña publicitaria. Feliz navidad a todos. Especialmente a los que habeis sido antiguos alumnos míos y a los que os conozco personalemente.

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