viernes, 30 de diciembre de 2011

Tres tipos de empleados sin los que la empresa va mejor

La cultura y el ánimo de la empresa dependen mucho del tipo de personalidades que la componen.

Una de las labores de los gerentes y líderes es determinar qué tipos de valores prefieren para su compañía, innovación, efectividad, transparencia. En consecuencia, orientar acciones y personal en pos de estos.

Business Week llama la atención sobre la influencia que tienen los empleados sobre el clima general de la organización, y advierte de determinados tipos de personalidad que pueden desestimular el crecimiento del resto, porque de forma pasivo agresiva bloquean las innovaciones y absorben negativamente la energía creativa. Por tanto se hace mejor al despedirlos.

1. Las víctimas: Es el tipo de persona que ve el trabajo como castigo, y siempre le parece una crueldad del jefe cuando le pide un esfuerzo extra. Es el tipo de empleado que ve un problema insuperable donde alguien más podría ver un reto a vencer. Todos eventualmente asumimos el rol de víctimas, pero para algunos se ha convertido en un estilo de vida. Incluso cuando todos los demás encuentran que las cosas van bien, ellos hallan el motivo para la queja.

2. Los incrédulos: Es el tipo de empleado que desalienta las buenas ideas, porque asume de antemano que el jefe no dejará que se implementen. En general, en temas de innovación y efectividad, se ha visto que la gran diferencia entre los equipos ganadores y los perdedores, es que los ganadores creían que sí podían lograrlo.

3. Los sabelotodo: Son personas parecidas a las incrédulas, pero que basan sus argumentos en un pretendido conocimiento de mecanismos y políticas de la empresa, por las cuales una idea posiblemente no salga adelante. Al igual que los incrédulos, tienen una influencia nociva sobre el proceso creativo.

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