martes, 13 de diciembre de 2011

Debemos comprometernos solo cuando tengamos garantías de que podemos hacerlo

En los tiempos que corren hay muchos empleados que piensan que la mejor opción para mantener el empleo es hacerse imprescindible en la empresa, confundiendo muchos, que para ello debemos acaparar más tareas de las que habitualmente desarrollamos y comprometernos con todo.

Aunque es muy positivo mostrar predisposición a asumir un ‘plus’ de trabajo en estos tiempos que corren (siempre que haya más trabajo), es totalmente desacertado comprometernos con todo, ya que todo no lo podemos cumplir, ni todo depende de nosotros, y por ello se puede volver en nuestra contra.

Lo realmente inteligente es hacer un ejercicio de reflexión, conocernos a nosotros mismos, y saber qué es lo que podemos ofrecer y lo que no, porque es preferible no comprometernos a adquirir un compromiso que no podemos cumplir, máxime si con nuestro incumplimiento podemos causar un daño a nuestro superior o la organización en la que trabajamos.

Por tanto, debemos aprender a controlar nuestros impulsos y ser consecuentes con nuestras decisiones en este sentido, partiendo de la base de que ahora más que nunca es importante ser eficaz y cumplir las tareas asumidas con un alto grado de calidad, que seguir una estrategia de volumen, que no nos aporta nada e incluso, puede deteriorar las funciones ‘de siempre’ por la pérdida de atención o de ‘detalle’ que tiene aparejado el querer asumir más funciones.

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