De sobras es conocido por los que hace tiempo que me siguen en esta tribuna que la simpatía y el afecto por los niños no es mi fuerte, pero eso no quita que no vea como una buena medida que a los pequeños de hoy se les inculque la mentalidad emprendedora y empresarial. Y en otro orden de cosas, que vea como una buena medida que a las personas mayores se les pretenda dar un rol más activo, un rol siendo por ejemplo consultores activos en muchas profesiones.
Me explico, no creo ni que un niño tenga que salir empresario de la escuela ni que todo abuelo tenga que estar dando clases o haciendo de consultor en las empresas, pero si que veo con buenos ojos, que al niño se le muestren los mimbres de su futuro como emprendedor y empresario. Y también veo con buenos ojos, que no se desaproveche el talento y el potencial de una persona simplemente porque es mayor.
En el caso de los niños, sinceramente creo que formarles desde pequeños en los valores del emprendedor y del empresario, es una buena opción para inculcarles factores como la creatividad o el valor del esfuerzo. Y que también es una buena opción para combatir problemas como la lacra de la cultura del subsidio o la lacra del estigma social que sufren en la sociedad de este país (afortunadamente no en todas, mejor dicho afortunadamente casi en ninguna más) los emprendedores y empresarios simplemente por serlo.
Y en el caso de los abuelos y abuelas, de las personas mayores que ya están en la edad de jubilación, ¿por qué desaprovechar buenos cerebros, buenos talentos y buenas capacidades simplemente por tener una edad determinada? Ello no quiere decir que se les tenga que obligar a ello, que todas las personas de la tercera edad sean aptas o que tengamos que ponerlas a pico y pala. Pero si estas personas en cuestión quieren seguir aportando cosas a la sociedad, ¿por qué no animarlas y potenciarlas a ello?
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