jueves, 21 de marzo de 2013

Reflexiones sobre la gestión del cambio y el liderazgo






¿Cuántas veces habremos escuchado lo siguiente? “El mundo cambia a pasos agigantados”. Lo anterior no es del todo cierto, o mejor dicho, es incompleto, ya que no cambia sólo cualitativamente, sino que también lo hace de una forma reiterativa, es decir, cada vez hay más cambios, y éstos tienen una fecha de caducidad más corta, por lo que son desechados por otros nuevos que surgen para cubrir las necesidades de los anteriores.
Las organizaciones que triunfan son aquellas que saben adaptarse a los cambios y los nuevos retos que puedan surgir, y teniendo en cuenta que vivimos en un mundo del cambio continuo, la premisa anterior adquiere mayor relevancia. Tampoco debemos perder la perspectiva de lo que es una organización, que se define como una asociación de personas regulada por un conjunto de normas en función de determinados fines, es decir, las organizaciones se componen de personas que accionan los engranajes necesarios con objeto de conseguir las metas para las que fueron creadas. Teniendo en cuenta la anterior, no cabe duda que el valor fundamental de las mismas reside en el capital humano que las forman, siendo clave su protagonismo para conseguir de forma exitosa sus metas.
Para adaptarse a los cambios, el mando intermedio o manager juega un papel fundamental, ya que es él quien debe sacar lo mejor de cada miembro que compone su equipo, de modo que pueda adaptarse a todos los cambios que puedan acontecer. También es él quien debe mantener la moral y la motivación en periodos de incertidumbre ocasionados por las nuevas situaciones que puedan surgir, como la actual crisis económica, es decir, es la persona que debe gestionar a su equipo y, al mismo tiempo, adaptarlo a las nuevas circunstancias que puedan surgir. Por ello, el liderazgo se debe integrar en la columna vertebral de las organizaciones, debiendo formar parte del ADN de los “managers”:
El liderazgo es crucial para la supervivencia de las organizaciones.
El liderazgo es fundamental para gestionar los cambios presentes y futuros, y preparar a las personas para los próximos desafíos.
El liderazgo es uno de los principales impulsores para mejorar el rendimiento y los resultados del negocio en la actual economía global tan cambiante.
Es fundamental que la gente se crea lo que está haciendo, sintiendo que vale la pena hacerlo y que es una oportunidad para el crecimiento personal y profesional, preparándolos para los futuros retos.
Las empresas que se mantienen comprometidas con el talento cosecharán los frutos de la innovación, el rendimiento y el desarrollo.
Las empresas que mantienen la inversión en los líderes del futuro, les produce una importante recompensa, y les permite obtener una ventaja competitiva en tiempos turbulentos y adaptarse a los cambios futuros.
Las empresas que mantienen el compromiso de desarrollo, consiguen altos niveles de motivación entre sus empleados, siendo clave para afrontar los nuevos desafíos.
Julio Pérez
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