Por Eduardo Lan
Sigue estas cinco acciones para crear una cultura que favorezca un clima laboral respetuoso, eficiente y productivo.
El tema de cultura empresarial es mencionado a menudo entre quienes integran una empresa, y mucho se habla de las deficiencias de esta cultura en nuestras instalaciones. Sin embargo pocos ejecutivos saben de qué se compone y cómo podemos alterarla para propiciar un clima laboral ideal, con la productividad y eficiencia que tanto deseamos. Según Tony Hsieh, CEO de Zappos, la compañía de venta de zapatos en línea más importante de Estados Unidos, éste es el principal aspecto de cualquier organización.
La cultura empresarial se puede definir como la red de conversaciones y acciones que dictan lo que la gente piensa, dice, escucha y hace, o no, dentro de una empresa. En esencia, este elemento establece las reglas no escritas de la organización; su código de conducta y el comportamiento de las personas que la componen, lo cual frecuentemente está en directa oposición con las reglas escritas, es decir, con los procedimientos y políticas.
A continuación te presentamos cinco acciones que los empresarios deben tomar en cuenta para crear y mantener la cultura que desean:
1. Define a detalle la cultura empresarial que deseas
Muchas empresas cuentan con misión, visión y valores, pero éstos pueden ser sólo palabras bonitas colgadas en la pared, debido a que poco se relacionan con la manera en que las personas se comportan.
De hecho, como consultor seguido me encuentro con que los empleados no tienen relación con estos elementos constitutivos de la empresa; en otras palabras, no los conocen o éstos no tienen un significado para ellos. Para que una cultura pueda existir por diseño, en lugar de automáticamente, es necesario crearla y renovarla constantemente con todas las partes interesadas. Esto implica pensar, hablar, definir y desarrollar continuamente la cultura que queremos crear.
2. Establece los comportamientos de tu cultura empresarial
No es suficiente tener claridad respecto a la misión, visión y valores que deseamos, sino que se requieren definir claramente, modelar constantemente y multiplicar en toda oportunidad los comportamientos alineados con esta cultura.
Ejemplos de comportamientos consistentes con una cultura de servicio son “saludar al cliente cada vez que un empleado entra en contacto con éste”, “sonreírle al cliente y preguntarle si se le puede ayudar con algo”, “dejar cualquier actividad que se esté realizando en el momento para asistir al cliente”, entre otros.
3. Maneja rigurosamente el ambiente conversacional
Las palabras y conversaciones que tienen las personas no sólo describen el mundo, también lo crean. Es esencial que las empresas pongan mucha atención en las conversaciones que se generan en su interior, tanto formales como informales. Desde altos ejecutivos hasta el personal de base, debemos asegurarnos de redirigir constantemente las conversaciones para que estén alineadas con la cultura que deseamos tener.
Un ejemplo práctico de esto es no levantar la voz cuando alguien se queja, justifica o habla mal acerca de otros, sino más bien, respetuosamente, debemos llamar a la persona y dirigirla hacia otro tipo de conversación.
4. Sé coherente entre lo que dices y haces
Muchos empresarios y ejecutivos hablan acerca de los valores de la empresa, pero se comportan de manera opuesta. Adicionalmente, los procedimientos y políticas en ocasiones dictan comportamientos contrarios a la cultura deseada, como en el caso de una supuesta cultura de confianza y un procedimiento de revisar a todos antes de que se vayan a casa.
En este sentido, es sumamente importante que los jefes y líderes sean un ejemplo constante de la cultura que quieren crear y promocionar.
5. Tómate más tiempo en contratar a tus empleados
Además de las habilidades técnicas y la experiencia es necesario que las personas que contrates sean filtradas respecto a su adecuación cultural con la empresa. Una práctica poco común pero efectiva para lograr esto es visitar al candidato en su hogar para ver cómo se comporta y determinar si su comportamiento está alineado con los valores culturales de la empresa. También podemos admitirlo por un periodo de prueba en el que se le coloque en situaciones especialmente diseñadas para determinar cómo reacciona.
Por otro lado, es recomendable despedir a alguien si se detecta que la persona no demuestra interés en los comportamientos alineados con la cultura deseada.
Por: Mesa Consultores
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