Por Ghidini Rodil.
La evolución de las empresas familiares lleva a la inevitable encrucijada de pensar en la sucesión. El éxito radica en la planificación del proceso, el dialogo y el consenso. ¿Por dónde comenzar?
Continuidad trascendente y permanencia sustentable. Dos definiciones esenciales a la hora de pensar en la sucesión de una empresa, que cobran aún más fuerza si, como en este caso, hablamos de empresas familiares.
En primer lugar, si ya han llegado a esta especie de “encrucijada”, es que sin lugar a dudas han logrado desarrollar una exitosa trayectoria. Algo no tan fácil de alcanzar en un país tan desafiante como el nuestro.
Pero así como todas las personas transitan sus inevitables ciclos vitales, a las empresas les sucede exactamente lo mismo.
Al avanzar y cumplir con esos ciclos vitales empresarios, será imprescindible enfrentar la insoslayable evolución de los miembros y la estructura de la organización, de sus sistemas, de los modelos de gestión y hasta aceptar la posibilidad de que haya lecturas diferentes de la realidad de los negocios. Es cierto que nadie pueda hacer las cosas como las hicieron aquel o aquellos que fundaron la empresa, visionarios que detectaron una oportunidad donde otros no, creadores que tuvieron la capacidad de transformar un sueño en una realidad concreta con entidad propia. Las nuevas generaciones lo harán diferente. Aunque no necesariamente mejor ni peor. Entender esto es un paso fundamental para empezar a aceptar el paso siguiente: la delegación de roles y funciones centrales.
Estamos hablando de sueños, de creación, pero también de evolución y crecimiento. De comprender que, ratificando los valores centrales sobre los que se apoyan las empresas, será un valor que en las manos de nuevos gestores, los procesos y los estilos tengan nuevas improntas, adecuadas a nuevas necesidades.
Para lograr esto, es absolutamente necesario elaborar y explicitar un pacto entre las generaciones que ayude a promover y concretar el cambio. La decisión estratégica de iniciar este proceso será clave para que la transferencia y delegación de los roles ejecutivos sea exitosa y pueda desarrollarse del modo más sano para la organización.
Sin la real convicción de la necesidad de transitar una etapa de cambios y adecuaciones, que impactará en la estructura de toda de la empresa, y el consenso accionario pleno respecto de dicho enfoque de crecimiento del negocio, todo proceso conducirá inevitablemente al fracaso. Será central instalar el concepto de “regenerar”.
Este proceso requiere ser preparado, ideado, diseñado. Y para atravesarlo satisfactoriamente, quienes asuman la responsabilidad por la evolución y la transformación empresaria deberán estar imbuidos del basamento cultural y valorativo de la organización, así como disponer de los conocimientos y la profesionalidad para hacerlo.
El cambio, para que pueda ser sustentable, deberá ser profundo pero gradual, y apoyado en las capacidades para poder así crear el nuevo equipo de conducción y la estructura de soporte correspondiente.
Para liderarlo es necesario identificar aquellas personas que mejor puedan contribuir al desarrollo de la organización. Que respetando la esencia de la empresa, con innovación y creatividad, generen nuevas oportunidades tal cual hicieron sus creadores.
La pregunta que surge casi inevitablemente es si en las familias fundadoras están esas personas capaces de llevar adelante este proceso.
La realidad nos dice que debiera hacerse un análisis de mayor perspectiva y librado de falsos sentimentalismos. Quizás no necesariamente dentro del ámbito de la familia se encuentren los líderes necesarios.
Si los hubiera, sería un escenario ideal. De no haberlos debería aparecer la sabiduría y generosidad de aquel o aquellos que alguna vez crearon esta empresa para así reconocerlo y tomar las medidas y recaudos necesarios para que este sueño que alguna vez tuvieron, pueda continuar en el tiempo, más allá de las personas.
En síntesis: continuidad trascendente y permanencia sustentable; delegación; decisión y proceso de cambio tienen que ser los ejes fundamentales a la hora de pensar en la sucesión de una empresa. Sin dudas, a través de un acuerdo de familia.
Autor Ghidini Rodil.
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