Por Jessica Bishop
A principios de este año, me encontraba en Kabul, Afganistán rodeada de mujeres. Eran mujeres las que me preparaban el desayuno y me servían chai, lavaban mi ropa y preparaban mi cama. Me peinaban, se ofrecían para maquillarme, me cantaban en pashto, e hicieron todo lo posible para hacerme sonreír.
A pesar de que había llegado a Afganistán como CEO y fundadora de Klink Mobile para solidificar alianzas con operadoras móviles mayoritariamente dirigidas por hombres, fueron las mujeres las que me cautivaron. Estaba alojada en la casa de un socio de negocios, y en el transcurso de las dos semanas que estuve allí, su madre, hermanas, tías y primas se convirtieron en mis compañeras.
Dado que a las mujeres afganas se las anima a no salir de casa sin un acompañante masculino, situación que sólo se ha agravado por la violencia en Afganistán, estas mujeres se dispusieron a sacar el máximo provecho de esta americana con jetlag sorprendida por el cambio cultural que había aparecido repentinamente en su casa.
Puesto que no hablaban inglés, y yo no hablaba pashto, la falta de comunicación apareció de vez en cuando. Por ejemplo, tenían tanta curiosidad acerca de la forma de vida occidental, que me seguían a todas partes alrededor de la casa, incluso, y tuve que poner un límite aquí, al cuarto de baño. Pero cuando llegué a conocerlas mejor, me dí cuenta de que estas mujeres pueden estar físicamente aisladas, pero son excelentes conectando con los demás.
Incluso con la barrera del idioma y la división cultural, dejé Afganistán con la sensación de que esas mujeres podrían haber sido mi madre, mis hermanas, mis tías, mis primas. Y eso me hizo preguntarme, ¿qué es lo que hace que las mujeres sean tan buenas conectando a través de barreras? Y tal vez lo más importante, con Forbes llamando al emprendimiento “el movimiento de las nuevas mujeres”, ¿cuál es exactamente la relación entre la facilidad para conectar con otros y el emprendimiento femenino?
La mujer y el liderazgo conectivo
Un término llamado “liderazgo conectivo” ha sido asociado desde hace tiempo con las emprendedoras. Como profesora de Public Policy and Organizational Behavior de la Claremont Graduate University, Jean Lipman-Blumen argumenta, el liderazgo conectivo “se extiende más allá de las propias circunscripciones tradicionales y alcanza a los presuntos adversarios. Por medio de objetivos comunes en lugar de enemigos mutuos, consigue generar cohesión en el grupo y liderazgo en la comunidad.”
Si la forma tradicional de liderazgo se basa en la competencia y la exclusión e históricamente ha sido cosa de hombres, el liderazgo conectivo se basa en la cooperación y la integración y, en los últimos tiempos, se ha asociado con las mujeres.
Es importante destacar que, puesto que todos sabemos que no hay ninguna correlación entre el género y el comportamiento (gracias, SWAG 101), debo señalar que el liderazgo conectivo no tiene nada que ver con la mente femenina o el cuerpo femenino. Si las mujeres lideran de manera diferente que la mayoría de los hombres, no es debido a su feminidad inherente, sino porque han sido socializadas para ser orientadas hacia la comunidad debido a sus roles tradicionales en las estructuras familiares.
No todas las emprendedoras ejercitan el liderazgo conectivo, y muchos emprendedores si lo hacen. Dicho esto, yo creo que mi tendencia hacia un estilo de liderazgo conectivo (un estilo que es más de hacer amigos que enemigos, más sobre la negociación que sobre las órdenes) es parte de lo que me permitió hacer alianzas exitosas con los operadores móviles afganos cuando muchos de mis competidores no lo han logrado. Mi tendencia hacia el liderazgo conectivo me permitió adaptar mis metas para poder conocer mejor a los operadores móviles afganos y así terminé con acuerdos que eran beneficiosos para todos.
La conectividad y la prosperidad
En su nuevo libro “The Coming Prosperity”, mi amigo Philip Auerswald escribe sobre el valor de los emprendedores para una economía todavía basada en una infraestructura tecnológica centralizada y los grandes y lentos modelos de negocio que dominaron el mundo occidental durante el siglo 20. De acuerdo con Phil, el valor del emprendedor del siglo XXI es su capacidad de utilizar tecnologías de conexión a pequeña escala (como los teléfonos inteligentes) para conectarse rápidamente a nuevos mercados y adaptarse rápidamente para resolver nuevos problemas. Esta sensibilidad mejorada tecnológicamente parece, para mí, ser una especie de metáfora tecno-material para el tipo de respuesta comunal, el cuidado colectivo y el liderazgo conectivo que las mujeres han encarnado durante mucho tiempo.
Lo que me preocupa es que la naturaleza cambiante, descentralizada y en red de los negocios del siglo XXI parece requerir liderazgo conectivo con el fin de alcanzar su máximo potencial, pero muchas mujeres todavía están siendo instadas a adoptar estilos de liderazgo convencionalmente más masculinos para tener éxito.
Yo, por ejemplo, me siento presionada a diario para usar estilos de liderazgo tradicionalmente masculinos. Pero a medida que los mercados son cada vez más globales, me parece más importante que nunca el asegurarse de que la cultura empresarial aprende a abrazar la diversidad de los estilos de liderazgo en lugar de seguir forzando a las personas a usra una imagen rancia de lo que el liderazgo debe ser.
Cuando pienso en el tiempo que pasé en Afganistán y las mujeres que me ayudaron allí, me acuerdo de lo importante que es atravesar las fronteras y trabajar a través del conflicto para conectarse con nuevos tipos de personas, de información y de valores. Me alegra ver programas como Project Artemis y The 10,000 Women Initiative ayudando a que las mujeres de los países emergentes adquieran las habilidades empresariales necesarias para convertirse en emprendedoras de éxito que contribuyan a la transformación de un modelo a veces estancado de como debe ser un buen líder en una empresa.
Según las mujeres de los países emergentes vayan creando más empresas, el liderazgo conectivo irá creciendo, pero también lo harán otros nuevos modelos de liderazgo que surgirán de las diferencias entre las regiones geográficas, las culturas y los sistemas sociales. Una nueva ola de los estilos de liderazgo permitirá a las nuevas empresas resolver problemas de maneras que aún no imaginamos. Sin embargo, estas empresas sólo pueden crecer para alcanzar su pleno potencial si todas nos esforzamos en ser sensibles con lo diferente y estamos dispuestas a conectar con lo diferente.
Autora Jessica Bishop (Fundadora y CEO, Klink Mobile)
Sobre la autora invitada: Jessica Bishop es la fundadora de Klink Mobile, una empresa que usa la tecnología de móvil a móvil que permite a la gente de todo el mundo compartir saldo y dinero al instante. Ha desarrollado relaciones profundas con redes internaciones de operadores en África, Asia, América Central y Sudamérica, el Caribe y Europa. Jessica se define orgullosamente como originaria del Medio Oeste Americano, nació y creció en el maravilloso estado de Kansas. No pierdas de vista sus aventuras empresariales en su blog. Síguela en Twitter @jessiebishop.
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