por Andres Cuevas Mesa
Los objetivos son el punto de partida para establecer un proceso de cambio duradero en nosotros. Constituyen un ancla poderosa para poner en marcha una serie de mecanismos, acciones y comportamientos que nos dirijan hacia la meta que perseguimos y anhelamos. Los objetivos siempre llevan implícitos unos valores que queremos alcanzar, compartir y vivenciar. Su propia naturaleza consta de un matiz inherente en nosotros, llevar nuestras vidas a cotas más altas de crecimiento y realización. Los objetivos nos permiten avanzar, aprender y crecer, ya que en ellos están depositados nuestros sueños, anhelos y deseos.
En este post me gustaría hacer referencia a cinco pasos que nos van a ayudar a estructurar y definir mejor el objetivo que estamos persiguiendo. Cada uno de estos pasos resultan inmensamente útiles, ya que nos darán una perspectiva holística sobre qué supone establecer un objetivo y que valor se esconde en la consecución del mismo.
1. Debe ser expresado en positivo
Cualquier objetivo debe ser expresado en términos positivos, describiendo siempre aquello que se quiere conseguir y no describiendo aquello que se quiere evitar. Está comprobado que la energía siempre se dirige hacia el foco de atención que tenemos y los pensamientos que producimos en nuestra mente. Por tanto, si nuestro pensamiento es no “chocar contra el poste”, ese es el foco de atención que tenemos en nuestra mente y ese es precisamente el resultado que vamos a obtener, “ir hacia el poste”. Sin embargo si focalizamos nuestra atención en algo creativo, positivo e inspirador, la mente creará el marco de posibilidades que necesitamos. El objetivo por tanto, debe fijarse dentro de unos parámetros positivos.
2. Tiene que ser específico y realista
El objetivo debe ser específico y acotado, de esta manera, realizaremos las acciones concretas y pertinentes para lograr su consecución. Si enmarcamos correctamente el objetivo y marcamos unos tiempos a corto, medio y largo plazo, tendremos la motivación y la energía necesarias para emprender las actitudes y comportamientos en orden a satisfacer el objetivo. Por el contrario, si tendemos a visualizar el objetivo de una manera poco realista y a gran escala, será muy difícil lograr la pauta y las ganas de lograrlo. Cuanto más próximos sean los objetivos, más específicos podremos ser al respecto. Podemos escribir cuándo, dónde y con quién vamos a alcanzarlos, esto proporcionará mas creatividad en el proceso.
3. Debe ser mensurable
Debemos definir de antemano las pruebas que nos permitirán saber que hemos alcanzado nuestro objetivo. El feedback (respuesta e información que obtenemos de nuestras acciones) nos indicará si estamos en el camino adecuado para conseguir el objetivo, y en caso de que éste sea inadecuado, realizaremos los cambios pertinentes. El cómo mediremos nuestro objetivo y con cuanta frecuencia son dos factores a tener en cuenta.
4. Debe utilizar eficientemente los recursos disponibles
Los recursos son las herramientas adecuadas que nos permitirán acometer el objetivo con decisión. Debemos disponer de las mejores herramientas posibles y utilizarlas eficientemente en la dirección adecuada. Si nos dirijimos al este buscando un atardecer tenemos un problema, no importa el entusiamo y la claridad mental que tengamos, si vamos en la dirección equivocada no lograremos los resultados fijados. Debemos sacar el máximo partido del tiempo que disponemos y modelar a aquellos que hayan tenido éxito. El éxito siempre deja huellas visibles y esto supone una gran ventaja para lograr buenos resultados.
5. Debe tener un plan de acción
Todo objetivo debe tener un plan de acción detallado, en el cual queden plasmados las acciones, los pasos, los comportamientos y actitudes que debemos llevar a cabo. Es aquí cuando el sueño que perseguimos se convierte en un objetivo visible y posible. Cuando definimos de manera concreta los pasos que debemos realizar, estamos construyendo un cimiento sólido en el que objetivo, acción y consecución se convierten en una sola realidad.
Debemos concienciarnos sobre la importancia de establecer estas pautas cada vez que persigamos un objetivo. Estos pasos nos insuflarán la fuerza y la convicción necesarias para conseguir las metas propuestas, y comprometernos a mejorar y buscar estándares altos que mejoren nuestra calidad de vida y la de los que están a nuestro alrededor.
¡Feliz tarde a todos! ¡Y buscad la excelencia siempre!
Autor Andres Cuevas Mesa
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