Entrar en el negocio familiar no debería ser nunca una decisión tomada a la ligera. La recompensa puede ser enorme, una posibilidad clara de llegar a dirigirla, seguridad económica y la oportunidad de trabajar con la gente que uno estima a la vez que se sigue construyendo el legado familiar. Sin embargo, los riesgos también son grandes. Si las cosas no salen bien, el coste emocional y económico puede ser importante. La difusa línea entre los roles y los objetivos familiares y empresariales crean una situación muy compleja que puede acabar en conflictos que afectan a toda la familia y en desastres corporativos. Antes de incorporarse al negocio familiar, los miembros de las generaciones más jóvenes deberían hacerse una serie de preguntas. Hay que recordar que se está accediendo a un empleo y que, aunque sea un puesto en la empresa de la familia, ello no es garantía de una buena decisión profesional. A continuación, presentamos una serie de preguntas para la reflexión. Las respuestas han de centrarse principalmente en los motivos relacionados con la empresa.
¿Me ofrece la carrera que quiero? ¿Llena mis aspiraciones personales? ¿Me gusta lo que hace la empresa? ¿Me parecerá el trabajo significativo y un desafío? Antes de incorporarse al negocio familiar, se debe reflexionar profundamente sobre las metas y las recompensas profesionales. Si la Empresa Familiar ofrece una forma de satisfacer éstas y llegar a aquéllas, entonces, adelante. Si no, habría que ir pensando en otra salida. ¿Puedo aportar algo realmente importante? ¿Contribuyo con destrezas valiosas, talento, conocimiento y experiencia en el negocio? Las empresas prosperan gracias al valor añadido de cada empleado y de la empresa como un todo. Otros factores como pueden ser el vínculo de sangre, las expectativas familiares, el acceso fácil a un empleo, o la convicción de tener derecho a entrar en la empresa de la familia, son argumentos insostenibles que pueden conducir a problemas. ¿Soy capaz de trabajar con mi familia? ¿Nos comunicamos abierta, honesta y eficazmente? ¿Entiendo la diferencia entre ser “buen hijo” y un gerente eficiente? Algunos creen que las malas relaciones familiares se arreglan si los miembros de la familia trabajan juntos en la empresa. Sin embargo, el resultado es todo lo contrario. Si las cosas no funcionan, ¿confío en que tendré otras oportunidades y la libertad para buscarme la vida en otra parte? La dependencia es una trampa terrible. Se debería ser una persona independiente y estar psicológica y económicamente preparada para abandonar la empresa si la frustración se apodera de todo. ¿Entiendo en lo que me estoy embarcando? Un potencial sucesor sólo debería entrar en el negocio familiar en respuesta a una oferta específica y formal para cubrir un puesto existente. Si las responsabilidades no están claras o el cargo se crea especialmente para uno, mejor buscar empleo en otra parte.
Seguir los pasos de un progenitor es un desafío, arduo y con obstáculos. Hay que tener claro en qué se está metiendo uno y pensar detenidamente sobre la seriedad del compromiso que está adquiriendo. Si uno está satisfecho de haber hecho los deberes y está decidido a tomar ese camino, entonces tiene la oportunidad de una carrera que combina lo mejor "y lo peor- del mundo.
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