domingo, 23 de diciembre de 2012

Conflictos en la empresa familiar ¿cómo abordarlos?






por Raul Muñoz
Si usted tiene o ha tenido una relación de negocios con alguien, es muy probable que haya pasado por una diferencia de opinión frente a un mismo tema. ¿Por qué? Básicamente porque es inevitable que las personas tengamos diferencias de intereses y de forma de ver las cosas. Pero cuando esas mismas personas también comparten vínculos familiares, todo se complejiza mucha más.
Esa red de lazos emocionales muy cercanos como los que ligan a hermanos, primos, padres e hijos, cuñados, esposas, y a toda una constelación de relaciones posibles, atenta contra algo más importante que los negocios y, sin embargo, es tanto más probable que las cosas terminen mal, debido precisamente a la intensidad de las emociones en juego.
La gran pregunta es: ¿Qué debemos hacer cuando no nos ponemos de acuerdo? ¿Callarnos? ¿Hablar de modo
imprudente? En principio la regla de oro antes de mantener una conversación difícil es la siguiente: prepárese, prepárese y ¡prepárese!
Le sugiero tener en cuenta los siguientes factores críticos:
a) Despliegue el escenario más temido, notará que, una vez tomada la decisión más difícil, algo se reordenará en su interior promoviéndole más confianza.
b) Aborde la conversación en tercera persona con una descripción exenta de juicios.
c) Evite por todos los medios la conversación ¿Qué pasó? Solemos creer que es imprescindible aclarar el pasado, no se “estanque” tratando de ponerse de acuerdo en lo que pasó, pierde el tiempo.
d) Use la conversación de sentimientos. Hable de lo que usted sitió frente a lo sucedido y aclare que no se trata de una acusación sino de un compartir emociones de las que el principal responsable es usted, no la acción del otro.
e) Use Lenguaje de proyecto y evite el lenguaje de guerra. No tome posiciones, establezca los intereses comunes que los unen y tome de la idea ajena la mejor parte y simplemente deseche la peor.
f) Mantenga abierto el dialogo. La idea del dialogo proviene del griego y se opone a la idea de mono-logo. Es decir; confiere en que la razón, el sentido, la verdad, es algo que no tienen ninguno de los dos sino algo que circulará en la conversación entre ambos y que, si están atentos, ambos los encontraran y será compartida.
g) Utilice la crítica pero nunca haga reproches. El reproche es inconducente porque está orientado a que el otro se duela por algo que hizo en un tiempo pasado y que no tiene solución. En cambio la crítica está orientada al futuro y a lograr que algo que nos ha dañado no vuelva a suceder.
h) Triangule la conversación. A partir de la conversación de un agente externo que, ajeno a los interese de las partes cuente con buena voluntad y las habilidades técnicas requeridas, y los ayude a reencauzar la conversación que es necesaria hacer fluir.
Sé que todo lo anterior le puede resultar poco espontaneo, pero el costo que suelen dejar las heridas emocionales, que involucran tanto a los negocios como a la familia suelen ser irreparables.
Autor Raul Muñoz
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