La capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, estimular, promover, incentivar, animar, emocionar, ilusionar, motivar y evaluar a un grupo o equipo de trabajo desde la moral y ética más absoluta, para alcanzar la culminación o desarrollo de un proyecto, de forma eficaz y eficiente, sea éste personal, gerencial o institucional. Para mí, eso es el ejercicio del Liderazgo.
Se ha evolucionado de un Liderazgo tradicional, cuyo conocimiento provenía de la mitología, filosofía, historia y política, a un Liderazgo Adaptativo, nutrido de las ciencias sociales (sociología, psicología, antropología), y debemos de avanzar al Neuroliderazgo, basado en los descubrimientos de la Neurociencia Cognitivia.
Se hace inminente la evolución con los cambios de paradigma actuales, donde una Generación Y, a cuestas y otras que están por venir, priorizan otros aspectos de la vida, para ellos, el sentido de la vida se centra en la vivencia de experiencias auténticas, son expertos en comunicación, se han inmunizado ante la unidireccionalidad mediática, son multicanal, multitasking, pueden elegir, y atienden mucho más a sus emociones.
Aún así, existen “Jefes”, que mantienen modelos de liderazgo no evolucionados y anclados en palancas motivacionales diferentes, extrañándose de no conseguir toda la productividad deseada, y sin saber el elevado número de “despidos interiores” , llevando a convertir el trabajo en una prisión (Lofti El-Ghandouri), fenómeno que se ha incrementado por la falta de migración laboral, en España. Interesantes los conceptos de ciberloafing y contrafreeloading (G.Jensen).
El método ensayo-error que han llevado muchas disciplinas, como el management, ahora se verá ayudado por la neurociencia. Acostumbrándonos a asumir, que el liderazgo no son un conjunto de herramientas externas, son internas, utilizando capacidades como cambiar de opinión, asumir que construimos el futuro a través de nuestra memoria, dando valor a nuestros procesos inconscientes como la intuición y la creatividad, conceptos como la iniciativa, proactividad, optimismo sin olvidar también la constancia y la disciplina, y también el conocimiento de las técnicas adecuadas para dirigir los equipos de trabajo.
Asumiendo esta necesidad, se genera incertidumbre e incluso frustración, lo que nos puede dar lugar a la huída, rechazando estos conceptos, ya que nos damos cuenta de que hay que evolucionar con el fin de ser más eficaces, estos significa salir de nuestra zona de confort, cambiando comportamientos.
El Neuroliderazgo se centra en aportar conocimiento neurocientífico en el área del desarrollo del liderazgo, la formación, la educación, la consultoría y el coaching. Se basa en la autoconciencia (self-awareness), la gestión de uno mismo, la comprensión y la gestión de las relaciones con los demás. (David Rock).
Es un entorno que trabaja la integración de las emociones, los pensamientos, las conductas y el conocimiento empresarial, a través de conceptos como:
Neuroplasticidad, las redes neuronales tienen una evolución y se pueden adaptar a las situaciones que nosotros estamos viviendo. En algún caso podemos incluso dirigir esta neuroplasticidad nosotros mismos en los procesos que nos interesen de tal forma que una persona que ejerce el liderazgo podría plantearse hacia dónde quiere llegar y en función de sus hábitos, modificar conductas, generando retroalimentación su equipo.
Neuronas Espejo (Rizzolati, 1996), este tipo de neuronas que al principio se pensaba que sólo tendría utilidad para temas de imitación de conductas, sin embargo posteriormente se ha comprobado que este entramado de neuronas nos sirve también para imitar aspectos emocionales y motivacionales, generando capacidad de aprendizaje. Por ello, utilizando modelos adecuados el directivo podría basarse en su ejemplo para generar este tipo de conductas motivacionales o estados emocionales.
Los sistemas de memoria y atención, trabajando la gran divagación mental acuciante en estos días, con falta de orientación al foco objetivo. Bastante importante con respecto a, la preocupación por el pasado o el futuro. Esto es una capacidad humana que nos da facultad para tener en cuenta la experiencia y poder hacer una planificación pero tiene un coste emocional importante porque las emociones las vivimos el presente pero en algunos casos pueden estar fundamentadas en acontecimientos que han pasado o pueden estar preocupándonos por cosas que ni siquiera pasado.
Hipótesis del marcador somático (A. Damasio), tenemos algunos marcadores que nos dan una sensación de alarma sin ser consciente de ello, es decir es una alarma automática que nos previene de que algo puede pasar, sin dejar entrar en nuestra Matriz de Decisiones algunas posibilidades que de otra forma si tendríamos, lo cual puede ser bastante útil siempre cuando la persona esté en esa línea de trabajo y vaya procesando sus experiencias con una emocionalidad adecuada.
Los sistemas de refuerzo-recompensa , principalmente en el sistema límbico y a través del neurotransmisor dopamina tenemos la sensación de sentirnos bien. Formados por dos circuitos diferentes: el de la amenaza y el dolor y el del placer (o de las recompensas). Los líderes convencionales actúan sobre el primero, el de las amenazas, incluso en la gestión del desempeño, y provocan desmotivación y mecanismos de defensa.
En el Neuroliderazgo, se consigue, promover la reflexión y activar el circuito del placer, centrándose en el disfrute, en el compañerismo, en la humildad, en los valores correctos (circuito de las recompensas) y no en “no perder” (circuito de las amenazas), lo que genera endorfinas y dopamina. La razón de nuestra corteza prefrontal, no es ni el primer estadío, ni el que decide nuestra felicidad.
Toma de decisiones, entendiendo como la cuando la razón de la Corteza Orbitofrontal, no es capaz de comprender las propias emociones, perdemos acceso a las opiniones que nos ayudan a elegir, (Jonah Lehrer), los sistemas de pensamiento y errores cognitivos de D.Kahneman, o los sesgos emocionales de Dan Ariely, teniendo experiencias que no quedan fijadas en el hipocampo dentro del proceso de aprendizaje.
La resolución de conflictos, en las que investigaciones en neuroeconomía, al igual que las decisiones, nos indican que son procesos principalmente emocionales en los que están muy implicados en aspectos como la empatía, envidia, como la sensación de injusticia, si alguna persona que está intentando negociar o resolver un conflicto tuviera la sensación de que no se está siendo justo con él, se activan en el cerebro las áreas del dolor físico, por eso hay que evaluar los argumentos sin tener en cuenta los estados emocional.
Multitud de aspectos se añaden como la comunicación, ética (José Manuel Navarro Llena), innovación, intuición, cooperación, altruismo, inteligencia cultural, moralidad, etc., son conceptos que se están estudiando desde las neurociencia y que nos pueden aportar mucho conocimiento válido a diversas áreas.
Dentro de este nuevo paradigma tan cambiante de tanta incertidumbre necesitamos que las personas se impliquen y estén motivadas para el trabajo en equipo y por eso ahora necesitamos otro tipo de líderes.
Líderes que trabajen las habilidades directivas del NeuroLiderazgo para conseguir rendimiento, para conseguir la integración de sus creencias en relación a sus emociones, para manejar su propia motivación y el optimismo, y transferirlo a sus equipos de trabajo.
En esta evolución del Neuromanagement, debemos de estar muy agradecidos a Néstor Braidot, que es el gran referente de habla hispana.
“Además de resultados, queremos que las personas vivan mejor”
“Existe una gran diferencia entre lo que la ciencia ha descubierto y lo que las organizaciones hacen respecto a la gestión del capital humano” Daniel Pink
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