jueves, 27 de septiembre de 2012

Emprender desde el negocio familiar





por Ricardo Aparicio Castillo

La realidad que enfrentan los negocios en México hoy en día, donde más de 95% de las empresas son de tipo familiar, requiere renovar y actualizar enfoques sobre su visión y desarrollo.
Tradicionalmente, las nuevas generaciones se van incorporando al negocio familiar donde, con el tiempo, asumen posiciones directivas y de propiedad, con la idea de crecer y desarrollarse en la organización.
Sin embargo, en una dinámica donde los ciclos profesionales de las personas se alargan y los ciclos de vida de los negocios se acortan, es necesario replantearse las estrategias y procesos para renovar constantemente el proyecto empresarial, así como encontrar nuevos espacios e iniciativas para el desarrollo de las próximas generaciones.
En muchas ocasiones las empresas no logran crecer al ritmo que la familia le demanda, lo que puede provocar una colisión de generaciones y sus proyectos personales, dejando a la empresa vulnerable para afrontar sus retos.
Esta divergencia de proyectos es una de las causas por las cuales el índice de mortandad de las empresas familiares es tan elevado. De acuerdo con estudios recientes, casi 60% de los casos de fracaso en este tipo de negocios se debe a temas familiares, mientras sólo 10% es por falta de capital.
Una respuesta muy común ante la falta de coincidencia en los proyectos personales o la lucha por el control de la empresa, es el desmantelamiento o reparto del negocio entre familiares inconformes. La división no sólo debilita a miembros de la familia, sino que reduce la posibilidad de lograr la continuidad de la empresa.
Ante el lamentable deceso de don Roberto González, fundador de Gruma, hay quienes anticipan problemas entre sus dos hijos: Juan González Moreno, director de operaciones de Asia y Oceanía, y Roberto González Alcalá, quien lleva las riendas de México y América Latina.
Se habla de que hay un sucesor designado, una persona fuera de la familia. Faltará ver si los nuevos dueños estarán de acuerdo. ¿Tendrá que haber un ganador y un perdedor? ¿Quién prevalecerá? ¿Es posible prever y evitar estas situaciones, que suceden en grandes y pequeñas empresas familiares?
Una estrategia que suele funcionar para evitar caer en el escenario descrito tiene dos vertientes: la familia empresaria y la empresa familiar.
Desde la perspectiva de la familia empresaria, es necesario renovar y revivir en las siguientes generaciones el espíritu emprendedor con el cual inició el negocio familiar. Conforme las familias pasan a una asociación de hermanos (segunda generación) y posteriormente a un consorcio de primos (tercera generación y subsecuentes), es indispensable abrir espacios para que las personas con talento puedan potenciar sus capacidades y habilidades empresariales.
Esto genera un doble beneficio en la familia empresaria. Primero, disminuye la presión entre familias y generaciones por espacios donde el talento pueda rendir y desarrollarse. Muchos conflictos pueden evitarse al no forzar la convivencia y el trabajo en un mismo espacio.
Por otro lado, emprender y dirigir nuevos negocios es una excelente estrategia parar capacitar y desarrollar el talento potencial que las empresas del grupo necesitarán. Cuando el momento llegue, se tendrán listas varias personas que puedan asumir el liderazgo de los negocios principales.
Desde la perspectiva de la Empresa Familiar, emprender nuevos negocios y diversificar el mercado, ayudará a desarrollar oportunidades de crecimiento y así evitar la dependencia en uno solo.
Hay claras ventajas cuando se cuenta con un portafolio de negocios diversificado. Ante eventuales cambios en el entorno, el grupo familiar será menos vulnerable al contar con múltiples fuentes de generación de riqueza.
Asimismo, las reservas que los diferentes negocios produzcan, servirán tanto para apoyar a la parte frágil y permitir la continuidad del grupo, como para el financiamiento de las nuevas iniciativas. De esta forma, el patrimonio familiar se solidifica y crece.
Un ejemplo lo constituye la familia Torrado, al frente de Alsea, una empresa con múltiples líneas de negocio bajo el concepto de venta de alimentos y bebidas, donde los hermanos Alberto y Cosme han encontrado espacios y proyectos en los que pueden desarrollarse y trabajar, evitando choques y disputas inútiles.
La mejor forma de ayudar y servir a la familia es multiplicar la fuente de generación de riqueza. Lograr esto no es sencillo. Sin embargo, es fundamental explorar los factores que hacen que el emprendimiento desde la Empresa Familiar sea posible.
Es por ello que existen iniciativas cuyo objetivo es fortalecer al empresariado mexicano a nivel familiar. Por ejemplo, el IPADE inaugurará el Segundo Encuentro para Familias de Empresarios en la Ciudad de México los días 18 y 19 de octubre, donde el objetivo es generar un espacio de aprendizaje y reflexión que contribuya al crecimiento y consolidación de las empresas familiares.
Autor Ricardo Aparicio Castillo ,académico del IPADE
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