por Expansion
Si no te asignas un sueldo cuando pongas en marcha tu empresa, no lo harás nunca. Pese a que los comienzos son complicados, marcar una retribución desde los inicios, aunque sea modesta, es básico para no desviar la atención a otros asuntos que no sean el crecimiento de tu empresa. De lo contrario, puedes caer en la tentación de buscar ingresos por otras vías y abandonar un proyecto ganador.
José Manuel Íñiguez, director de una empresa dedicada a la creación de videojuegos desde 2009, tiene muy clara la respuesta: “El emprendedor tiene que asumir que en los inicios reducir o, directamente, eliminar su sueldo en favor de otros gastos importantes como el equipo informático, los salarios de los trabajadores y los gastos de estructura es algo imprescindible”.
Este nuevo empresario recuerda que no tuvo sueldo durante el primer proyecto, trabajando sin descanso: “Cuando la empresa recuperó la inversión y con vistas a continuar teniendo ingresos, me puse un salario mínimo. De todos modos, es el primer gasto que suprimiría en caso de ser necesario”. El ejemplo de Íñiguez refleja la realidad de muchos emprendedores que sacrifican su sueldo por una apuesta absoluta por su proyecto. Pero no deja de ser una postura que, si no existe un sólido respaldo económico, puede minar el futuro de una buena idea.
David Alva, presidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (Ceaje), no tiene ninguna duda: “El emprendedor debe ponerse un sueldo cuanto antes, de lo contrario no lo hará nunca”. Esto fue lo que hicieron Juan Marí, Juan Lago y Elías Alonso, artífices de Favmonster, una herramienta social que filtra contenidos en Internet. Arrancaron la empresa en septiembre de 2011 y desde el comienzo se asignaron una retribución: “Al comienzo los sueldos deben ser bajos, pero, son imprescindibles. El emprendedor debe estar centrado en su empresa al cien por cien sin preocuparse en exceso por su sustento, porque esto puede perturbar el futuro de la empresa. Si dispones de recursos, contar con un sueldo de manutención es clave para no acudir en busca de otros ingresos”.
Rafael Barrilero, experto en retribución y socio de Mercer, asegura que “cualquier emprendedor debe tener una retribución acorde con su función y conforme al mercado”, aunque reconoce que en estos casos se aplican sistemas de compensación más creativos:
“Los fijos suelen ser más moderados, mientras que el variable debe ser más ambicioso por la ilusión que apareja un éxito a futuro”.
Si tienes cierto pudor para marcar tu salario, estas recomendaciones pueden ayudarte a solventar ese problema y centrarte en tu negocio.
El proyecto es lo primero… pero si no tienes cubiertas tus necesidades básicas no podrás enfocarte y dedicar el máximo de tus esfuerzos en hacer que funcione tu empresa. Rafael Alcalde, fundador de Jaratech, sabe que éste es uno de los riesgos iniciales que es preciso tener en cuenta cuando se pone en marcha una empresa: “Necesitas esos fondos mínimos que te ayuden a aguantar hasta que los clientes comienzan a generar cash”.
Sueldo moderado. En la fase inicial, el objetivo de una organización es captar talento e inversores. Recuerda que el sueldo que te asignes debe ser un ejemplo, tanto para los empleados como para los business angels u otros inversores interesados en hacer una aportación económica a tu negocio.
Soy el único accionista. Carlos Delgado es experto en retribución y hace años que fundó su propia consultora, Compensa Capital Humano. Asegura que es importante diferenciar el caso de ser o no accionista único. “En la primera opción, al gozar de máxima flexibilidad, lo habitual es tener un sueldo muy bajo. De lo contrario, si se capitaliza la sociedad para pagar el sueldo del socio, fiscalmente es poco atractivo”. Si son varios socios, “la retribución estaría por debajo del mercado, pero manteniendo siempre una equidad en función del puesto de trabajo que estemos desarrollando en la start up”.
Compensación total. En los comienzos, si no cuentas con una capacidad financiera suficiente, la compensación total es la alternativa para ti y tus empleados. El reto profesional, las grandes oportunidades de formación y desarrollo, y la libertad de movimientos fuera de las estructuras tradicionales son determinantes. Véndelas a tus empleados pero sin perder de vista el factor económico. De los retos y la ilusión no se come.
Entrega de acciones. Algunos emprendedores adoptan esta vía para comprometer a sus empleados, pero… ¡cuidado! La incorporación de un socio hay que meditarla y, como recuerda el presidente de Ceaje, “los aliados más leales pueden defraudar en la fase de consolidación empresarial. Nada sale más caro que un mal socio. En los inicios, la mejor manera de retribuir a los empleados es con sueldos moderados y acordes con su productividad. Ellos deben ser los primeros en cobrar, luego el emprendedor. La peor opción es convertir en empresario a alguien que no quiere serlo como forma de compensación”.
Sin embargo, algunos emprendedores piensan que es una buena salida por los beneficios que supone para el proyecto. “Obliga a una gestión transparente hacia el colaborador. No es una relación jefe empleado. Es una manera de vincular a los colaboradores y hacer ver que las responsabilidades son claras y el fin es compartido”, señala Rafael Alcalde. José Manuel Íñiguez opina lo contrario: “Sólo admitiría a socios con un nivel de entrega y compromiso igual.
No haría accionistas a personas para conseguir su compromiso”.
Contrato mercantil. Para Rafael Garrido, fundador y CEO de VitaminaK –sociedad de capital riesgo que invierte en empresas de base tecnológica–, cuando la organización recibe la primera ronda de financiación “el emprendedor debería tener un contrato mercantil con la compañía para reducir los costes salariales de la misma. Y como es posible ser autónomo, existe una cifra estándar de 3.000 euros al mes que nunca debería sobrepasar, al menos durante los primeros 18 y 24 meses de la vida de la start up”. Añade que “si la compañía sigue recibiendo financiación, apostamos porque el salario del emprendedor se vaya acercando en la medida de lo posible a un salario de mercado”.
Flexibilizar los costes. En el caso de una ampliación de capital, los emprendedores saben que los inversores son reacios a que parte de su desembolso se destine a la retribución de personal. Alcalde dice que “quieren ver que sigues sacrificándote y tan fiel a tu proyecto que eres capaz de esta austeridad”. Por esta razón, flexibilizar los costes fijos es una obligación para el nuevo empresario. No obstante, Joan Torrent, director de UOC Business School, advierte de que lo que hay que adaptar es la organización: “Una empresa no puede funcionar sin flexibilidad. Lo mismo pasa con los freelance. En la empresa innovadora la retribución se realiza a través de los resultados. De esta manera, el empleado puede establecer sinergias con otras dedicaciones. El asalariado fijo está desapareciendo y éste es el instrumento para innovar”.
Fuente: Expansión- http://emprendedorprofesionalfp.blogspot.com.ar/2012/06/cuanto-debe-ganar-un-emprendedor.html
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