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Por David Alayón.
Estoy obsesionado con la creatividad, con el proceso que tiene lugar en la mente de cara a obtener ideas innovadoras, y sobretodo con la forma de potenciarlo para que se engrane en otros procesos innovadores como por ejemplo el tecnológico (tecnocreatividad). Por eso me ha encantado este artículo de Wired: The new rules of Creativity.
En él se describen nueve reglas para potenciar la creatividad, sin duda alguna uno de los diferenciales que buscamos en compañeros de equipo o de cara a nuevas incorporaciones laborales. Antes de meternos en faena vamos a recorrer un poco el universo que rodea la creatividad.
Creatividad e inspiración
La creatividad consiste en la generación de nuevas ideas y conceptos, que terminan o deberían terminar en soluciones concretas y originales, desde aplicaciones hasta esculturas, basadas en ideas y conceptos ya conocidos. Este pensamiento nace de la imaginación y no está ni reñido ni potenciado por el coeficiente intelectual.
Hay características que suelen ser comunes a los perfiles creativos, aunque algunas estén más potenciadas y otras se noten menos. Las más importantes son la imaginación, curiosidad intelectual, capacidad de asociación, intuición, entusiasmo o la sensibilidad en la percepción de las cosas. Esto deriva en aspectos muy positivos como la generación de valor o capacidad crítica y otros no tan buenos como la dispersión, rápida falta de motivación o la necesidad de cierta soledad. Los bloqueos creativos suelen surgir por una infinidad de formas pero algunos de los más comunes son: una especialización muy profunda, un raciocinio extremo, enfoques superficiales, falta de motivación, poca capacidad de escucha o por la excesiva autoridad. Es decir: en el medio está la virtud. El exceso de ciertas cualidades positivas bloquea la creatividad. El punto de la especialización es algo muy interesante porque normalmente las mentes creativas no son expertas en nada concreto pero tienen un conocimiento bastante profundo (o tienen la curiosidad de tenerlo) de muchos campos y sobretodo tienen la capacidad de interconectarlos.
Algo que debemos conocer bien en el proceso creativo es la inspiración. La definición de inspiración (que significa “recibir el aliento”) es el brote de creatividad irracional e inconsciente. Aunque sea así, hay un proceso de trabajo para que esa inspiración pueda llegar a darse.
1. Cuando nos llega un problema, el hemisferio izquierdo comienza a activar células nerviosas que empiezan a rebuscar sobre todas las posibles combinaciones para encontrar una solución. Cuando se ha buscado en todos los lugares se produce un bloqueo y la necesidad de encontrar otro método de búsqueda.
2. A continuación el cerebro cambia de hemisferio, al derecho, quien ve la foto completa y comienza a buscar asociaciones que no se ven de primeras.
3. Unos segundos antes de la epifanía, se produce una actividad cerebral llamada “gamma-wave rhythm”, generando la mayor frecuencia eléctrica que el cerebro puede tener. Se produce por la generación de nuevas conexiones entre neuronas.
4. Las ondas gamma se producen en momentos de relax, por ejemplo mientras tomas una ducha caliente. Esto corrobora la importancia de tomar pequeños descansos para potenciar la creatividad o resolución de problemas, ya que sin la aparición de estas ondas no podríamos hacerlo. ¿Soy el único al que se le ocurren ideas geniales en la ducha?
5. Algo curioso es que tu conocimiento (especialización) puede provocar que este momento llegue más tarde o que deseches una idea totalmente válida.
9 reglas para potenciar la creatividad
1. Pinta las paredes de azul.
Dato realmente curioso surgido de un estudio de la University of British Columbia donde una serie de psicólogos pidieron a un grupo de 600 sujetos que realizaran trabajos cognitivos en habitaciones pintadas de distintos colores. Los resultados fueron muy determinantes: cuando los tests se hicieron en una habitación roja, los sujetos estaban mucho más atentos y cometían menos fallos (el rojo es un color asociado con peligro, o alerta) pero eran menos creativos. Por el contrario, el color azul era el que potenciaba la creatividad. La explicación se basaba en que el azul evocaba cielo y mar, espacios abiertos, luz difusa, playa y verano… En definitiva relax.
2. Tómate más respiros.
Un estudio realizado por Simone Ritter, un PhD en Radboud University, Nijmegen, arrojó luz sobre lo que implican los descansos o cambios de tarea. El experimento consistió en coger a 112 estudiantes y mandarles una tarea. A la mitad los puso directamente con ella y a la otra mitad les permitió jugar primero con un videojuego. El resultado fue radicalmente distinto: los que jugaron previamente aportaron mejores ideas.
3. Piensa como un niño.
Este consejo me encanta porque siempre he pensado que tenemos que conservar esa curiosidad innata que tenemos de niño durante toda nuestra vida, es lo que nos hace realmente creativos, es lo que mueve la innovación. Pablo Picasso tiene una frase que lo define perfectamente: “Cada niño es un artista. El problema es seguir siendo artista cuando crecemos”.
Otro estudio, esta vez creado por los psicólogos Darya Zabelina y Michael Robinson, en la North Dakota State University, corrobora este pensamiento con un ejercicio muy sencillo. Se crearon dos grupos de 100 personas cada uno. A uno de ellos se les preguntó “Tienes el día para ti. ¿Qué harías? ¿A dónde irías? ¿A quién verías?”. Al segundo le preguntaron exactamente lo mismo pero con la siguiente premisa: “Eres un niño de siete años y el colegio ha sido cancelado”. Poner a ese grupo en la posición de un niño les ayudó a obtener mejores resultados.
4. Ver más comedia.
Un estudio liderado por Mark Beeman de la Northwestern University de Illinois, y John Kounios de la Drexel University de Philadelphia; afirman que la gente feliz es más creativa. Esto no es ningún misterio ya que se puede razonar que gente enfadada o decepcionada lleva implícita la carga de algún problema y eso las limita. No solamente creo que afecte a la creatividad sino a la capacidad global de un sujeto para resolver cualquier situación.
5. Conoce tus límites.
Otro punto que me encanta porque coincido 100% con él y es algo que vivo día tras día. La creatividad no es la libertad infinita para crear sino que hay que ponerle límites, encauzarla para que se enfoque en el punto que queremos, sino sólo habrá servido para llegar a algo muy bonito pero totalmente inútil o inviable. El escritor GK Chesterton comentó una vez: “El arte consiste en limitaciones. La parte más bonita de todo cuadro es el marco.”. Con esta frase quería hacer hincapié en la importancia que tienen los límites en el proceso creativo si se quiere llegar a un punto útil.
6. No hagas brainstorming.
Aunque pueda parecer contradictorio, llevar a cabo de primeras un proceso de “tormenta de ideas”, conocido por ser el proceso creativo más popular, de primeras no es una buena idea. El problema es que cuando la gente quiere extraer ideas de un grupo sigue las mismas reglas, donde una de ellas es no critiques. Esto hace que la gente se corte, no exprese todo lo que quiere expresar, no diga todo lo que quiere decir. Además, es mucho más complicado comenzar a mover la mente de un grupo de personas que la de una sola.
El proceso debería empezar por un proceso individual de pensamiento y después juntarse en grupo. Keith Sawyer, un psicólogo de la Washington University, llegó a esta conclusión después de varios estudios y experimentos con grupos de personas. Una vez en grupo, existen muchos procesos clásicos de creatividad como SCAMPER, Seis sombreros para pensar, Escritura automática, Blue Slip o BrainWritting.
7. Trabaja con extraños.
Un curioso estudio del sociólogo Brian Uzzi de la Northwestern University de Illinois, le llevó a esta conclusión. El estudio se centró en los musicales de Broadway. Uzzi veía que este arte se nutría de la colaboración y quería conocer cómo funcionaba el proceso creativo. Durante el estudio descubrió que la red de artistas era bastante cerrada y todos querían trabajar con amigos y conocidos, era lo más cómodo. El caso es que cuando entraban nuevos artistas en escena se obtenían mejores resultados.
8. Prepárate para improvisar.
Aquí entra una habilidad que va íntimamente relacionada con la creatividad y es el ingenio. La improvisación, en cualquiera de sus formas, desde la música hasta la comedia, es uno de los ejercicios que permiten potenciarla. Un experimento basado en el estudio de cerebros de músicos de jazz mostró que la Corteza dorsolateral prefrontal (DLPFC), responsable del control de impulsos, se desactivaba cuando éstos improvisaban. El resultado era una desinhibición total y la capacidad de dejarse llevar.
9. Aprende el lenguaje.
Es imposible proponer soluciones creativas si no se conoce el sector, el problema o la realidad de una manera profunda. Los creativos o equipos creativos deberían tener un amplio abanico de perfiles para conseguir resultados satisfactorios. Además, es realmente cuando se controla un tema, cuando puedes empezar a ofrecer un valor diferencial. Lo mismo pasa con la música: solo cuando controlas la canción puedes proponer una versión creativa para versionarla.
¿Qué otras formas o trucos conoces para potenciar la creatividad?
Autor David Alayón.
http://manuelgross.bligoo.com/20120626-nueve-reglas-para-potenciar-la-inspiracion-y-la-creatividad
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