por Alex Konanykhin
Del escenario económico mundial sólo sabemos con certeza una cosa: que se “mueve” constantemente. En una era definida por la permanente transformación tecnológica y el creciente valor que adquieren las ideas, los negocios han dejado de ser una mera cuestión de cálculo y beneficio para convertirse en un terreno dónde la información –y el manejo de ella– requieren nuevas habilidades.
Las herramientas digitales han modificado de forma radical la manera de emprender. Hoy, gracias a las ventajas que brinda el mundo online es posible crear estructuras de operación flexibles, escalables y globales, que pueden brindar mayor eficiencia y tener la capacidad para adaptarse rápidamente a un contexto signado por la velocidad del cambio.
Sin lugar a dudas, las habilidades y las competencias que hoy requiere un emprendedor no son las mismas que se necesitaban hace diez años. La red plantea una nueva estructura de interacción, formas inéditas de contacto entre las empresas y los consumidores y, ante todo, nuevos desafíos a los que deben responder los negocios.
La era de los emprendedores
Conjugar el verbo “emprender” en esta era dominada por la tecnología es muy tentador. Según datos de Google, cada hora se crean en todo el mundo 16 nuevas empresas relacionadas con el mercado de Internet. Esta cifra no hace más que reflejar que, a diferencia de lo que ocurría dos décadas atrás, comenzar un negocio es ahora mucho más fácil y mucho menos costoso.
Pero esto no quiere decir que triunfar en el mundo de los negocios sea algo simple. La era de los negocios online es una etapa signada por la visibilidad y la transparencia, y esto derrumba muchos de los paradigmas de operación que las empresas aplicaban en el pasado. Aunque la tecnología ha acotado notablemente el monto de las inversiones iniciales, y pese a que hoy casi cualquier compañía tiene la posibilidad de alcanzar presencia global, lo cierto es que también cualquier error de estrategia que un emprendedor cometa es mucho más visible y perjudicial para su negocio.
En ese contexto, hay algunas ideas fundamentales que toda persona que quiera hacer negocios en esta nueva era debe entender:
1. No cualquiera puede ser un emprendedor en la era digital. Parece muy simple, alguien crea un sitio web promocionando un producto o servicio a través de la red y, automáticamente, ya se convirtió en un emprendedor. Pero un líder de negocios es mucho más que eso. Es, en primer lugar, alguien que tiene un proyecto con objetivos claros, que ha estudiado detenidamente el mercado en el que ingresa, que está dispuesto a correr riesgos (invertir tiempo y dinero para alcanzar sus metas), y que tiene el conocimiento y las habilidades necesarias como para adaptarse a los cambios del contexto y reformular sus planes si es necesario.
2. Una empresa ya no es un lugar. En la nueva era de los negocios online, las empresas se parecen más a redes de contactos y relaciones que a espacios físicos. Ya no es tan importante el tamaño de las oficinas, ni la cantidad de empleados. Ni siquiera cómo están distribuidos alrededor del mundo. La clave está en generar estructuras flexibles, que puedan responder rápidamente a los cambios del mercado, y que permitan adaptarse a las necesidades puntuales de cada proyecto. Un emprendedor debe estar preparado para configurar equipos de trabajo de forma rápida y eficiente. Por este motivo es fundamental que logre tejer una red de contactos ampliada, que le permita establecer modalidades de operación que minimicen los costos fijos y maximicen el rendimiento de las tareas.
3. La visibilidad es un factor vital. Mantener secretos no es una política corporativa recomendable en la etapa de las redes sociales y la interacción online. Al contrario, cada vez son más los proyectos que triunfan apostando por la máxima transparencia, tanto hacia al público en general como hacía la competencia o los clientes. Mostrar cómo son los procesos de trabajo, tratar de brindar la mayor visibilidad posible en las etapas de desarrollo de productos y servicios, y plantear incluso las dificultades y desafíos que debe enfrentar un negocio son excelentes alternativas para despertar la confianza del mercado y evitar crisis que dañen la reputación de un proyecto. En una época en la que es prácticamente imposible controlar el flujo de la información, la máxima transparencia es sin lugar a dudas una opción que puede ahorrar más de un dolor de cabeza.
4. Es imprescindible la capacidad para adaptarse. Para triunfar en el mundo de los negocios actual es necesario poder responder rápido a las demandas del mercado. Resulta imprescindible contar con la escalabilidad suficiente para ampliar la capacidad productiva de nuestros proyectos de la manera más rápida y eficiente posible. En la actualidad, las oportunidades surgen y se desvanecen con una velocidad nunca antes vista, y nuestra predisposición para responder a este contexto cambiante puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Lo dicho aquí no implica que haya caminos directos al éxito. En cualquier caso, la misión de emprender –y no morir en el intento– implica entender que en esta era dominada por la velocidad del conocimiento y la continua evolución tecnológica siguen siendo fundamentales las actitudes, un “tercer capital” que con frecuencia perdemos de vista.
Autor Alex Konanykhin
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