miércoles, 18 de abril de 2012

Las empresas familiares aguantan mejor la crisis





El abogado y colaborador de la cátedra de Empresa Familiar de la UCA, Antonio López-Triviño, analiza en la Confederación de Empresarios este tipo de sociedades.
El 75% de las empresas de este país son familiares y el 80% del empleo privado de este país proviene de empresas familiares pero, “¿Por qué fracasan las empresas familiares?” Esta es la pregunta que planteó ayer el abogado Antonio López-Triviño a los asistentes a su conferencia organizada por la Confederación de Empresarios de la Provincia. En su análisis de esta cuestión, López-Triviño , consultor de la empresa familiar y colaborador de la cátedra de empresa familiar de la Universidad de Cádiz, recordó que en este tipo de empresas “sólo llega a la segunda generación la tercera parte de ellas y a la tercera el diez o el quince por ciento”.
En su opinión, el motivo de tan corta vida es que “se solapa la familia con la empresa” y en este sentido señaló que “en las empresas que no son familiares, sino simplemente de capital, lo único que se hace es invertir dinero y si las cosas salen bien se reparten dividendos pero si la familia está implicada en la empresa eso no es tan sencillo”. Pero antes de ahondar en más cuestiones, el abogado quiso definir qué es una empresa familiar, “cuando la mayor parte de las participaciones de la sociedad están en manos de personas que están unidas por vínculos de sangre, cuando una gran parte de los miembros de la familia trabajan dentro de la empresa y también cuando hay un gran número de personas de la familia que gestiona la empresa, por lo que hay que correlacionar muy bien esas facetas: la gestión y la propiedad de la familia para evitar que el proyecto empresarial no pase de 30 ó 35 años como mucho y lo importante sobre todo es que las debilidades que tiene la empresa familiar las conozcamos y las eliminemos”.
Entre esas debilidades, dijo que “la familia es comunista, en el sentido de que los padres pretenden que todos los miembros de la familia sean iguales, mientras que en la empresa de capital eso no es así. En la empresa, tanto vales, tanto te mereces, con independencia de los apellidos que tengas”.
Otra dificultad es “que hay una gran parte de la familia que vive o cobra de la empresa” cuando, en su opinión, habría que plantearse: “si esa parte de la familia estuviese fuera de la empresa, ¿cobraría lo mismo?, ¿desarrollaría la misma actividad?”. A todo esto añadió “las bodas, bautizos y comuniones, es decir, emplear el dinero que genera la empresa no para el producto empresarial que desarrolla, sino simplemente en tarjetas de créditos, fiestas y saraos”. El conferenciante se refirió en otro momento a la confusión entre la capacidad para dirigir y la propiedad. En este sentido, dijo que “la propiedad se tiene por herencia, pero la capacidad para dirigir no la dan los apellidos del fundador”. En su opinión, lo importante para sacar adelante las empresas familiares es “conocer todas estas debilidades y que tenga sitio en la empresa aquél que lo merezca, no por los apellidos. Establecer un protocolo familiar para decidir quién de la familia va a trabajar en la empresa, cómo va a trabajar, qué conocimientos le vamos a exigir para que trabaje dentro de la empresa, qué retribución va a tener y quién va a entrar dentro de los órganos de gestión de la empresa: ¿por los apellidos o por la capacidad? Ese es uno de los principales problemas”.
Pese a todas estas dificultades, López Triviño dijo que “tampoco hay que ser pesimistas. Lo primordial es inculcar una serie de valores para evitar que, como dice el refrán, los padres crean la empresa, los hijos se aprovechan y los nietos la liquidan y eso es simplemente porque los valores que los padres utilizan como el esfuerzo y la humildad no los inculcan correctamente a los hijos. Los fundadores de las empresas, como por ejemplo Amancio Ortega, rara vez salen en televisión”.
Asimismo, dijo que, ante la crisis económica que estamos padeciendo, “quizás son las empresas familiares las que más están soportando esta situación porque muchas de ellas, si los criterios del fundador son los idóneos y no se ha despilfarrado el dinero, normalmente no se suelen repartir dividendos. Lo que hace la familia es que lo va guardando y en épocas como esta en que el acceso al crédito es más difícil, están cogiendo de ese dinero que han ido guardando. Además, la empresa familiar suele tener una visión de los resultados más a largo plazo”.
Autor Antonio López-Triviño Junco- http://www.diariodejerez.es/article/jerez/1216190/las/empresas/familiares/aguantan/mejor/la/crisis.html
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