por Nancy Perez
Las empresas familiares son todas muy parecidas y, por ende, a todas les pasa las mismas cosas, asegura el consultor y doctor en Economía Guillermo Perkins. Es común que este tipo de organizaciones caigan en trampas o crisis en las cuales la capacidad de gestión, la comunicación fluida y el consenso entre familiares son indispensables para no entorpecer el crecimiento de la compañía.
Un aspecto en común de las empresas familiares es que siempre esconden el problema real por considerar que son cuestiones que deben ceñirse a la intimidad de la familia. “En todo el tiempo que llevo como asesor aprendí a mirar qué hay debajo de la alfombra, ya que, por lo general, ahí siempre hay algo que las empresas familiares pasan por alto. No desconocen el conflicto, pero han aprendido a guardarlo y a convivir con él”, apunta Perkins, profesor del IAE (Escuela de Negocios y Dirección de la Universidad Austral) y director de la cátedra de Empresas Familiares y del Programa de Alta Dirección de la institución.
Crisis inevitables
Al igual que en la vida de las personas, las empresas familiares pasan por momentos de armonía y de crecimiento, pero también experimentan fases de crisis y desequilibrios. Frente a ellas conviene estar preparados.
Perkins enfatiza que modificar la historia pasada de la familia y la empresa se torna imposible. Sin embargo, sí se puede cambiar el futuro, a veces con ayuda externa. “Se debe incorporar buenos profesionales y devolver la dinámica a la empresa. No se puede construir una gran organización sin cambios, hay que crecer, cambiar y envejecer”, asegura el especialista.
Comentó que la primera generación, en la que está el fundador de la firma, es de suma importancia. Gracias a su creatividad y esfuerzo, los descendientes tienen trabajo, por eso se respeta y se idealiza a los fundadores.
Con la segunda generación –y las siguientes–, la situación es diferente. Cada toma de decisión, por lo general, requiere del consenso de varios familiares socios, razón por la cual la situación puede llegar a complicarse.
Cuando hay muchos hermanos y no todos trabajan en la empresa familiar, quienes están fuera es probable que no se sientan responsables o solidarios con el futuro de la organización.
Este también es uno de los motivos habituales de conflicto. Por eso las empresas familiares presentan numerosos problemas habituales en los que la comunicación clara es indispensable.
Sugerencias
Los problemas y oportunidades de una empresa están ligados al tamaño del grupo familiar y su capacidad de gestión.
En una empresa pequeña con familia grande los padres deben desde temprano, transmitir a sus hijos que deberán ganarse la vida fuera de la empresa, alentándolos al desarrollo profesional.
Ocurre lo contrario en una empresa grande con una familia chica en donde se deberá buscar capacidades profesionales fuera del ámbito familiar para ser sustentable. En este caso los accionistas deben ser capaces de dirigir a profesionales incluso más capacitados que ellos mismos.
En las empresas grandes con familia numerosa es recomendable la elaboración de un protocolo o acuerdo familiar en el cual se establezcan las responsabilidades y obligaciones de cada uno de los integrantes de la familia.
No debe dejarse nada como obvio, puesto que esto evita conflictos a futuro basados en los malos entendidos.
“El acuerdo también es indispensable para definir el futuro de la empresa de manera consensuada”, asegura Perkins.
Un conflicto clásico en las empresas grandes con familias numerosas son los puestos inventados para dar trabajo a los parientes. Situaciones como estas dañan a la empresa y contaminan el ámbito familiar.
Trampas habituales
En las empresas familiares pueden llegar a generar crisis o trampas muy profundas las siguientes situaciones:
* La confusión entre propiedad y capacidad de dirigir.
* La confusión entre los vínculos que ligan a una familia y los vínculos que unen a quienes forman parte de una empresa.
* La confusión entre los flujos económicos propios y los de la actividad empresarial.
* No dar inicio al proceso de sucesión con lo cual el fundador se “eterniza” en el cargo y las siguientes generaciones no se preparan adecuadamente para tomar el control de la empresa.
Autora Nancy Perez – http://www.abc.com.py/edicion-impresa/economia/capacidad-de-gestion-aspecto-vital-en—empresas-familiares-398091.html
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