lunes, 21 de mayo de 2012

Cómo ser buen jefe después de lograr el tan deseado ascenso




Según los expertos, una vez conseguido el puesto comienza el verdadero reto y muchos fracasan en el intento.

Todos los seres humanos en cualquier área que se desempeñen han soñado con ser alguna vez, “el jefe”. Son habituales también las horas de la comida o el café entre compañeros de trabajo dedicadas a hablar de los defectos y la mala gerencia de sus jefes, un cargo tan anhelado como criticado. El error en muchos casos radica en los ascensos antes de tiempo, o en otros tantos, la falta de ética profesional para asumir que no se está preparado para tal responsabilidad.

Aunque es el escalafón más disputado dentro de una organización, existe una mentalidad errada con respecto a la responsabilidad que asume un líder de equipo. No es el aumento de sueldo lo más importante en estos casos, lo es el contar con las características y habilidades necesarias para asumir las riendas de un departamento o empresa. Si como empleado se asume el cargo sin contar con ciertas cualidades, se corre un riesgo mucho peor que el escarnio público entre sus empleados, quedarse sin trabajo.

Según el experto, Dan Bobinski, Director general de Desarrollo de Liderazgo, Inc. y del Centro para la Excelencia en el lugar de trabajo “La idea aquí es que el liderazgo implica su propio conjunto de habilidades y algunas características muy distintas. Algunas personas las poseen, naturalmente, otras personas deben aprenderlas, y otras tratan de adquirirlas, pero nunca lo logran. Los hay también quienes no quieren aprender nada.”

Todos somos líderes


Suponer que el liderazgo es una virtud de sólo un determinado tipo de gente, con características similares y patrones de conducta idénticos es un error. Se trata más de una cuestión meramente de preparación, pero poder podemos todos ser los candidatos ideales para llegar a ser líderes. Según Bobinski, en su artículo difundido por el digital especializado Management-Issues, la capacidad de ser un buen líder muchos la poseen pero no saben como orientarla de manera coherente.

“Este tipo de jefes, que poseen las cualidades pero que no saben utilizarlas pueden experimentar un gran éxito en determinados proyectos, pero de manera disgregada. En mi experiencia con un poco de preparación o tutoría estas personas obtienen claridad para determinar que es lo que no funciona y por qué", apunta el experto.

Lo primordial es asumir el liderazgo con humildad, para afrontar con esa misma humildad que no somos perfectos y que en el camino a la excelencia nos equivocaremos. Los grandes líderes no tienen su visión e ideas resguardadas contra su pecho, las comparten con su equipo. Ya sea de uno en uno, en pequeños grupos, formal o informalmente, ésta será la forma adecuada de conocer la opinión del resto del equipo y de dar otro matiz a los planes por afrontar. Sentirse todo poderoso no llevará más que al fracaso.

“Si usted desea ser un gran líder y no reúne las habilidades naturalmente (y muy rara vez vienen a usted sus compañeros de trabajo en búsqueda de consejos o soluciones), le recomiendo ser un estudiante permanente de las cualidades de un líder, de lo contrario no lo logrará.” Dice Bobinski.


Tres atributos de un buen líder

Aunque parece reiterativo e inclusive obvio, no todos son conscientes de las tres cualidades de oro que debe tener un líder excelente. Si ya ha conseguido el sueño de su vida, ser jefe, si quiere aspirar a un ascenso, o simplemente quiere ser capaz de reconocer un buen líder en cuanto le ve, esto es lo que debe tener entre sus tres mejores cualidades, según el experto Dan Bobinski.

En primer lugar, uno debe ser consciente las responsabilidades básicas de liderazgo. En cualquier organización, un líder es responsable de la visión de futuro del equipo. Esto incluye las ideas de a dónde la organización puede o debe ir encaminada. Esto no quiere decir que otras personas no deberían tener esas ideas, pero en última instancia, son los líderes que los responsables.

Lo siguiente es lo que el estudioso llama “el horizonte”, o lo que podemos esperar que suceda en el futuro cercano o distante. Esto trata del horizonte económico, el horizonte político del país en que está radicada la empresa, las tendencias de negocios, etc.

En tercer lugar, en las principales responsabilidades de un líder esta la capacidad de organización. En otras palabras, los líderes son responsables en última instancia de lo que sus organizaciones pueden llegar a hacer, por lo que debe ser consciente de las limitaciones y capacidades de casi todo: equipos, personal, e incluso políticas y procedimientos. Soñar está bien, pero en estos temas hay que tener los pies bien puestos en la tierra, debe trabajar con lo que se cuenta e intentar los mejores resultados con ello.

“Imagínese el líder como el piloto de un avión, que vuela a 35.000 pies de altura. En tal altura, el líder ve una gran cantidad de bosques, por lo que su punto de vista general es sólo bosque. Lo que es difícil de entender a esa altura es lo que está pasando dentro de ese bosque, y es por eso que la retroalimentación entre el equipo es tan importante", apunta Bobinski.

Piénselo de esta manera: El hecho de que una persona esté en un cargo con liderazgo no significa que él o ella sea Dios. “Los grandes líderes recaban la opinión del equipo, y en base a lo que aprenden, a menudo deben hacer ajustes en su propuesta inicial.” Continúa el experto.

Obviamente, según el especialista esto es sólo el núcleo de lo que significa ser un gran líder. Mucho más también debe ser aprendido, y por eso recomienda la lectura de libros enfocados al liderazgo, no piense en que está gastando su dinero y su tiempo, al contrario, está ganando más tiempo de calidad en su nuevo puesto como jefe.

“Un libro que yo recomiendo es "Revolución de Ejecución" por Gary Harpst. Yo recomiendo este libro porque se mueve más allá de las características del liderazgo y explica las acciones específicas que se requieren de líderes para llevar a una compañía a su nivel óptimo de rendimiento - y mantenerlo allí.” Finaliza Bobinski

Utilizar estas herramientas que proporciona el especialista en liderazgo y combinarlas con una preparación constante es la estrategia más acertada. Si por un momento pensó que todo el sueño era llegar a ser ascendido a jefe, es ahora cuando de verdad comienzan los sueños, si lo hace bien, con humildad y profesionalismo su carrera apenas comienza a ascender.


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