Por Mariana Israel
No hay nada más lindo que la familia unita”, declaraban en los 70 los Campanelli en televisión. Pero, ¿podrían defender este lema si formaran un negocio entre todos?
Las empresas familiares muchas veces son miradas con desconfianza: los desafíos son miles y los intereses, tantos como miembros del clan. A pesar de todo, la historia nos recuerda casos exitosos, como Arcor, Banco Galicia, Medicus, Loma Negra, Techint, entre otras. En total, existe un millón de organizaciones de este tipo en la Argentina: ¿cómo lo hicieron?
Para Silvia de Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School, “es clave empezar con miembros de la familia con quienes se tenga muy buena relación y definir de antemano cómo serán las relaciones de trabajo, de autoridad, los procesos de toma de decisiones, las retribuciones, los roles y las responsabilidades”, enumera la especialista.
La empresa debe tener una estructura, un plan, una misión, visión y valores claros y compartidos, y el foco puesto en los resultados y la continuidad.
Esto que parece tan fácil supone un sinfín de desafíos. El primero surge ante la figura del “dueño-administrador”, que en general es fundador o heredero, y “concentra propiedad, conducción y operación”, describe Javier Dulom, profesor del Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés.
Este cargo tiene la ventaja del dinamismo de respuesta a los cambios, pero, ¿dónde está el problema? La empresa es a tal punto la pasión, “el hijo”, del dueño, que dar un paso al costado para asegurar su continuidad, más allá de él, es una misión casi imposible. Para Dulom, es clave “superar esta dueño-dependencia y pasar a un estadio de gestión más profesional”.
Esto abre la puerta a la sucesión, tema tabú si los hay en los negocios familiares. Manuel Montaner, coach ontológico y organizacional, piensa que existe una “resistencia natural” para hablar del tema, porque “remite a la muerte de un familiar”. Según un estudio de la consultora McKinsey, sólo el 5% de las empresas familiares supera la tercera generación del negocio y se debe, sobre todo, a que no se trabajó bien en la sucesión.
Para solucionarlo, Dulom insiste en que el dueño “identifique la continuidad como una prioridad, y que esté dispuesto a ceder el poder y a ocupar un rol de asesor”. La familia puede reservarse la propiedad y delegar el manejo del negocio en las mejores manos, sean o no de los parientes.
Otro gran desafío es la distribución de los cargos. Es uno de los puntos álgidos y de los aspectos peor manejados en estas organizaciones. Para elegir a la persona idónea para un puesto, sin herir susceptibilidades, el profesor Montaner recomienda pedir ayuda profesional y externa: “No es lo mismo poner a un primo o sobrino por portación de apellido, que hacer una búsqueda a través de profesionales de recursos humanos contratados para ese fin”. “Es importante no confundir el derecho a acceder a la propiedad de la empresa con el derecho a trabajar en ella”, distingue Dulom.
Los especialistas coinciden en que una de las claves para el éxito en estas organizaciones está en desarrollar una cultura de familia empresaria que facilite la integración, sobre todo de las nuevas generaciones. Silvia de Torres Carbonell está convencida de que este modelo de empresa tiene la potencialidad de convertirse en una “incubadora de ideas y oportunidades, y dar lugar a un fenómeno novedoso de emprendedorismo transgeneracional”.
Valores familiares que favorecen a la empresa
Afecto. Los lazos afectivos flexibles permiten adaptarse a los cambios manteniendo bases sólidas de comunicación.
Libertad. Es más fácil seguir las intuiciones y llegar a resultados creativos más rápidamente.
Comprensión. Convivir con alguien desde que nació permite conocer y comprender su manera de ser y de pensar.
Aceptación. La autoridad es como una extensión de la autoridad familiar, que se acepta y se refuerza en la organización.
Inclusión y conocimiento. Quienes hayan trabajado cerca del fundador vivieron las estrategias del negocio.
Flexibilidad. En el trabajo, en el manejo del tiempo y para enfrentar desafíos.
Compromiso. Se acrecienta por el vínculo familiar.
Fidelidad. Se generan lealtades personales y profesionales a largo plazo.
Fuente: Manuel Montaner, director de la carrera de Relaciones Públicas de la Universidad del Salvador.
Autora Mariana Israel
Fuente :http://www.clarin.com/sociedad/lograr-empresa-familiar-funcione-discordias_0_683931747.html
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