Normalmente sabes que, cuando compras un producto en una tienda, a ese empresario el producto no le cuesta lo mismo por lo que a ti te lo está vendiendo sino que el precio se incrementa, unas veces mucho, otras veces poco, para poder sacar algo de beneficio de esto.
Con ello lo que se consigue es que el producto le de a ese empresario algo que después invertirá en pagar a los trabajadores, hacer frente a los gastos y comprar más mercancía a un precio más barato.
Sin embargo, hoy día las cosas no van bien y las ventas han caído bastante en todas las empresas en general. Esto ha hecho que muchos empresarios deban bajar los precios con el fin de vender algo, si quieren vender.
La bajada del precio del producto o servicio no quiere decir que vayas a trabajar gratis o estés vendiendo las cosas gratis. Pero ahora mismo las personas no pueden permitirse comprar a los precios que se tenían antes porque el sueldo y lo que ganan no les da para mucho.
Una bajada, aunque sea pequeña, en el precio, y por tanto en los beneficios, puede hacer que los clientes se sientan atraídos a tu tienda y vendas más a un precio más barato que al precio que tenías antes. De hecho, puedes hacer la prueba.
Durante una semana, baja los precios todo lo que puedas y promociónalo por todos los medios que tengas. Si el número de clientes se intensifica y las cifras la semana anterior, y esa semana, difieren a favor de la semana que has bajado los precios, querrá decir que, si los mantienes, es posible conseguir más clientes y más ventas y el beneficio que obtendrás, claro que no será el mismo al original, pero será igual o superior a lo que hubieras conseguido de haber mantenido los precios.
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