Nueve de cada diez empresas son familiares en América Latina. Así lo determinó un estudio de Fundes, organización internacional que promueve el desarrollo competitivo de la micro, pequeña y mediana empresa (MIPYME) en la región.
“En los mercados bursátiles la presencia de empresas familiares es más que significativa. En Chile, por ejemplo, el 57% de las compañías de la Bolsa de Comercio de Santiago son empresas familiares. En Francia, el mismo porcentaje de las 250 empresas del índice bursátil Société des Bourses Françaises (SPR) aparecen como empresas propiedad de una o varias familias o uno o varios individuos, y en Estados Unidos son responsables de por lo menos la generación del 50% del Producto Nacional Bruto y de más de la mitad de las fuentes de empleo en ese país”, precisó el informe.
Y es que la influencia de las empresas familiares en la actividad económica mundial es importante, más aún en Latinoamérica en el que la persistencia de la “cultura corporativa de las empresas familiares” cada año es más importante.
Ante este escenario, José Ernesto Amorós, académico y director del Centro para el Emprendimiento y la Innovación (GEM) de la Escuela de Negocios de Universidad del Desarrollo, Chile, destaca que la importancia de las empresas familiares es que sus miembros trabajan en equipo y tienen lazos fuertes, suelen endeudarse menos que los que no lo son, debido a que generalmente cuentan con gran liquidez, incluso al grado de sobre capitalizarse y mantener dinero en “stand by”.
“Son menos burocráticas a la hora de tomar decisiones, y los miembros suelen ponerse la camiseta y adoptan una visión de largo plazo durante el arranque del negocio. Acá la lealtad, el compromiso y la dedicación al negocio son mucho más profundos y están más arraigados que en la empresa tradicional. Así la compañía puede capitalizarse y los recursos se reinviertan logrando crecimientos importantes en un mediano plazo“, agregó el director del GEM Chile.
Sin embargo, el informe precisó que 2 de cada 3 empresas familiares fracasan sólo en América Latina. ¿A qué se debe este fenómeno?
Para el socio director de Niethardt & Asociados Consultora de Empresas Familiares, Ernesto Niethardt, “si bien la empresa familiar se caracteriza por estar conformada en sistemas como empresa y familia, esto es una fuente de ventajas competitivas a nivel empresarial, pero también de numerosas dificultades y conflictos derivados de la complejidad emergente de la superposición de sistemas con una marcada diferenciación de funciones, reglas, roles y contextos”.
Niethardt, quien a su vez es miembro de Family Firm Institute (FFI), afirmó que entre las desventajas de las empresas familiares se cuentan:
Una mayor tendencia a la autofinanciación y un menor acceso a las fuentes de financiamiento
Existen conflictos de intereses entre las necesidades de la familia y la empresa.
Los conflictos familiares pueden incidir en la empresa.
La falta de sucesores competentes y calificados.
Dificultad de atraer y mantener buenos directivos no familiares.
Mayor rigidez a los cambios, que se puede manifestar a la hora de introducir nuevas tecnologías, sistemas organizativos, planificación de la sucesión.
Para ir por la buena senda
Han pasado por las peores crisis, pero aún sobreviven. Una empresa familiar con más de 8 mil tiendas en 15 países y tiene más de 2 millones de empleados en todo el mundo, ¿pudo adivinar cuál es la compañía familiar? Pues bien la estadounidense Wal-Mart es considerada como aquella cuyo capital está controlado por una familia y que al menos dos de sus integrantes están involucrados en la dirección/operación o en el consejo de administración.
¿Cuál es el secreto de este tipo de compañías? De acuerdo a Martha Nieto, profesora de Dirección Internacional del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), las familias son dinámicas y están en continuo crecimiento. “Lo mismo sucede con las empresas, ya que las necesidades de ambas van cambiando igual que su entorno”, agregó
Para llegar a buen puerto, Nieto sugiere lo siguiente:
Conocer y familiarizarse con los factores que ocasionan el cierre de las empresas familiares.
Identificar y reconocer cuáles de esos factores afectan o podrían afectar a su empresa.
Tener una absoluta disposición para elaborar -en familia- las estrategias de sucesión que garanticen la vida y permanencia del negocio y llevarlas a cabo.
Contar con foros formales para la toma de decisiones: el consejo de administración y el consejo familiar son dos órganos que ayudan a profesionalizar el negocio, proporcionando un canal de comunicación objetivo y empresarial.
Separar las cuestiones laborales de las emocionales. Por el bien de la empresa familiar, no podemos tomar decisiones basadas en cómo nos sentimos con un miembro de la familia.
Asignar las funciones, responsabilidades, sueldos y prestaciones de acuerdo con las capacidades y aptitudes de cada persona y no con su jerarquía familiar.
Si no se cuenta con el familiar adecuado para ocupar un puesto de relevancia, se debe tener la apertura suficiente para contratar a un empleado externo, quien seguramente resultará muy útil para la empresa familiar, al aportar ideas nuevas y distintas, ayudando además, a dar objetividad a los problemas y una nueva visión para encontrar soluciones.
Profesionalizar las distintas áreas del negocio y los procesos internos de la empresa.
Si un miembro de la familia no quiere trabajar activamente dentro del negocio familiar, buscar otras formas de participación en la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario