Christin Cardone McClave es propietaria de tercera generación de Cardone Industries; la compañía privada de re-fabricación de autopartes más grande del mundo, y empresaria. En esta entrevista, comparte la razón por la que decidió no trabajar en la empresa familiar, cómo lidió con el hecho de que su marido trabajara para su padre durante 19 años,y cómo se sintió cuando casi venden la compañía.
Comenzó a trabajar para la empresa de su familia a los 12 años. ¿Cómo influyó ese hecho en su vida?
Me inculcó una fuerte ética laboral. Pude trabajar en diferentes sectores de la empresa y gané experiencia en ventas, mercadeo, servicio al cliente, finanzas, control de calidad y fabricación. Me especialicé en negocios en la Universidad y después de la Universidad decidí que en verdad quería trabajar fuera de la empresa familiar. Cuando tenía 20 años conseguí una pasantía en Johnson & Johnson. Después de la pasantía, me ofrecieron trabajar para Johnson & Johnson.
Usted pasó casi toda su carrera trabajando en Johnson & Johnson y los últimos años manejando su propia compañía, Unifi Coaching. Siento curiosidad acerca de por qué usted decidió no trabajar para su empresa familiar.
Simplemente sabía que no quería estar preso en la empresa de mi familia. Sentí una necesidad interna de salir y ver si podría lograrlo en el “mundo real”. He logrado mucha seguridad trabajando en Johnson & Johnson y comenzando mi propia empresa de coaching. Lo otro que aprendí fue que si alguna vez regreso a la empresa familiar sería una decisión muy bien pensada. Creo que es importante que las personas que están en su propia empresa familiar lo escojan por ellas mismas. Yo sentía muy adentro de mí que necesitaba ir a trabajar a algún otro sitio y probarme a mí misma que podría lograrlo en una compañía que integrara la lista Fortune 500. Sabía que siempre podría regresara la empresa familiar y ser respetada. Ahora cuento con la experiencia y la capacidad de trabajar fuera de la empresa familiar. Realmente he disfrutado de las consultorías y de estar en el Comité del Consejo Directivo.
¿Usted cree que agrega más valor a su empresa familiar teniendo experiencia externa?
Sí, sin lugar a dudas. Considero que sumo más valor. Puedo ver las cosas desde una perspectiva diferente que cuando trabajas en una empresa familiar por tanto tiempo, lo que a menudo sucede en una empresa familiar. Tienen muchos empleados de toda la vida, empleados muy leales y maravillosos que no necesariamente tienen mucha experiencia externa. Aunque se trata de personas muy capaces, simplemente aportar un punto de vista diferentees algo que pongo sobre la mesa cada vez que trabajo en un proyecto o en el consejo directivo.
Su marido ha estado trabajando para la empresa familiar durante 19 años. Cuénteme un poco acerca de esto.
Ese es otro de los motivos por los que decidí no entrar en la empresa familiar. Con mi marido trabajando allí, pensamos que era demasiado para ambos estar allí. Nos conocimos después de que ya hubiera estado trabajando en Cardone durante algunos años. Él tenía una trayectoria comprobada y cuando nos casamos realmente aportó un buen equilibrio a nuestra familia desde el punto de vista técnico. Nuestra familia tiende a gravitar entre ventas y mercadeo, mientras que mi marido tiene título en Ingeniería y un MBA en Finanzas. Tiene un excelente temperamento, es creativo y un gran apoyo, lo que es un muy buen componente para una empresa familiar.
¿Entonces, en general, ha sido una experiencia positiva?
Sí, creo que lo ha sido pero él dejó la compañíaa fines de enero. Sintió que era tiempo de hacer algo más. Hay muchos desafíos y creo que ha llegado a una instancia en que le gustaría trabajar donde no tuviera que lidiar con todos los problemas extra.
Quiere ingresar a una industria completamente diferente. Quiera hacer algo en la industria de los deportes, lo que es muy diferente de lo que ha estado haciendo los últimos 19 años. Su coach lo ayudó a desarrollar sus valores y a comprender cuáles son sus pasiones. Eso realmente lo ayudó a ver que es tiempo de avanzar y hacer algo que realmente lo apasione. Él deja una marca muy positiva y es definitivamente uno de los máximos líderes de la compañía. Será triste para la empresa perderlo, pero creo que todos lo entienden, incluyendo mi familia.
¿Considera que ha debido escoger entre apoyar a su marido y apoyar a su padre o a su hermano? ¿Puede darles algún consejo a otras mujeres en su situación?
Hacemos un ejercicio; también hago mucho de esto en mi coaching, cambiar sombreros, que es “usar” un sombrero diferente, luego tu sombrero normal. Cuando tenemos una conversación con mi marido a veces nos ponemos el sombrero de la empresa familiar. A veces son los sombreros de la mamá y la esposa; a veces, es el sombrero de mi padre. Tratamos de ver las cosas desde diferentes perspectivas. Diría que sabes realmente que veo tu perspectiva, pero si me coloco el sombrero de mi papá puedo ver que esta es una situación muy frustrante para él. Tratamos de hablar en esos términos porque así la emoción queda fuera del tema. Podemos observarlo desde diferentes perspectivas y nos ayuda a dar un paso atrás y no dejar que nos afecte emocionalmente.
Su familia ha atravesado recientemente el proceso de una posible venta de la empresa que finalmente no sucedió. ¿Por qué la familia tomó la decisión de vender?
Toda empresa familiar en algún momento debe lidiar con esta cuestión. Nuestra empresa tiene más de 5500 empleados en diferentes países. Es un modelo de negocios muy complejo. Con los desafíos con los que nos enfrentábamos con los costos locales de la mano de obra, problemas de fabricación, inversiones, decidimos que necesitábamos inversión externa para ayudarnos a crecer. Además, mi padre está a comienzos de sus 60s. Comenzó la empresa cuando tenía 21 con mi abuelo.
Mi padre es bastante inflexible cuando dice que no trabajará para una empresa pública. Es muy vehemente acerca de mantener a la empresa privada y tener propiedad mayoritaria. Parecía como si la mejor opción fuera venderla a una compañía que realmente pudiera hacer crecer el negocio. Sin embargo, estos últimos años han sido duros para muchos negocios diferentes y también para nosotros. Atravesamos todo el proceso de venta y al final no funcionó. Nos estamos reagrupando, tratando de averiguar cuáles son los siguientes pasos, pero por ahora volvimos al modo empresa familiar.
¿Qué consejo puede darles a otras familias que atraviesan el proceso de vender la empresa familiar?
Creo que es muy importante para cada familia observarse a sí misma. Todo depende de cuántas unidades familiares estén involucradas. Nosotros tenemos cuatro unidades familiares: mis padres, luego mis 2 hermanos y yo, y todos estamos casados. Creo que es un proceso verdaderamente emocional. Como mi padre es el accionista mayoritario, él toma la decisión final. Y, claro, porque es su bebé.
Fue un torbellino sumamente emocional para él atravesar todo el proceso. También fue emocional para mí. Pensaba, ¿debería haber trabajado en la empresa familiar? ¿Debería haber ayudado más? ¿Podríamos haber hecho todo de manera diferente? ¿Cómo podría haber apoyado más a mi padre? ¿Deberíamos mantener juntos el negocio familiar?Observamos a estas otras compañías de4ta, 5ta y hasta 6tageneración que han logrado salir adelante.Es impresionante la manera en que han podido extender su empresa familiar hasta ese nivel.
Es una oportunidad maravillosa, pero al mismo tiempo también mucho estrés. Es como una espada de doble filo. Tener una empresa familiar tiene beneficios excepcionales. Hay experiencias de trabajo maravillosas. El otro lado es que se sentía como que llevaba un peso enorme sobre los hombros. A medida que tu empresa crece hay muchos aspectos para considerar. Tienes más de 5000 empleados que dependen de ti, deudas de la empresa, cuestiones de planificación patrimonial. Tener un coach me ha ayudado mucho a hablar y a poder trabajar en ello, a mirar mi vida y poder adueñarme de ella. Hay vida más allá de la empresa familiar, incluso si la vendemos.
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