Ya sabes que todas las personas somos humanas, todas, hasta la persona más huraña que piensas de dónde ha podido salir porque no sabes cómo ha podido llegar a eso. Y como humanos que somos, tenemos una cosa que es la equivocación, la capacidad de equivocarnos a veces, aunque queramos no hacerlo.
¿Qué tiene que ver esto con las empresas? Pues que a veces puedes equivocarte a la hora de cobrar a un cliente, bien a favor tuya, bien a favor de él. Cuando un cliente recibe más dinero del que debía recibir pueden ocurrir dos cosas: que no te diga nada o que te diga algo. Lo habitual es que no te diga nada aunque algunos sí lo hacen.
En el caso de que sea fallo tuyo también puede pasar que se diga o no se diga algo. A decir verdad no te sueles dar cuenta del error hasta que haces caja y ves que falta dinero, y es cuando te das cuenta, pero tampoco sabes bien a quién ha podido ser.
¿Qué pasa si cobras de más y después te reclaman? Lo primero es una disculpa por haberte equivocado. Es algo que debemos hacer porque el cliente no ha de ver mala intención por nuestra parte. También, como recomendación, le haría un pequeño detalle, algo que a lo mejor no cueste mucho, por las molestias causadas, así como la devolución íntegra de aquello que le corresponde.
Ese gesto, aunque se vea demasiado, en realidad lo que consigue es que el cliente confíe en ti para sus compras porque sabe que, si te equivocas, vas a reconocerlo y a disculparte, tanto de palabra como con un detalle (que puede ser algo promocional de tu empresa).
De este modo dejas satisfecho al cliente.
En cuanto a ti, no mucho puedes hacer una vez falta dinero por haber dado de más a algún cliente.
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