por Hilario Real Milas.
Sir John Whitmore, uno de los padres del coaching, define así la metodología del coaching: “consiste en ayudar a alguien, a pensar por sí mismo, a encontrar sus respuestas, a descubrir dentro de sí su potencial, su camino al éxito… sea en los negocios, en las relaciones personales, en el arte, en el deporte, en el trabajo…”
Ver video: ¿Qué es el coaching?
¿Cómo puede ayudar el coaching a un deportista y más concretamente a un triatleta?
Si el triatleta es consciente de que tiene capacidad de mejora, si tiene bloqueos, si le cuesta salir de una lesión, si no disfruta, si no sabe cómo ni dónde ni cuando competir, si busca patrocinadores o si los ha perdido, puede servirse del coaching. El coaching es válido también para el triatleta que va a competir en los Juegos Olímpicos o para el que busca terminar su primer Ironman. Cuidado cuando elijas tus objetivos, porque sirviéndote del coaching, vas a conseguirlo. El coaching no es terapia, no es asesoramiento, ni mentorín; tampoco entrenamiento físico ni meditación… El coaching tiene las preguntas para que tú encuentres tus propias respuestas, y el coach (el “entrenador”) acompaña en el proceso. ¿Crees que alguien tiene mejores respuestas que tú mismo? Coaching es identificar qué es lo que crees que te limita (tus “no puedo”, “no se” o “no soy” etc…). Es desaprender todo esto, aprender las nuevas estrategias y finalmente poner en marcha los planes que llevan hacia el éxito (Identificar, desaprender, aprender y actuar).
¿Cómo opera el coaching?
Siempre centrado en la meta, se establece el desafío que quiere conseguir el “coachee” o cliente, y se especifica con todo lujo de detalles, cuantos más mejor. Se debe hacer incluso una visualización de la consecución del objetivo que el coachee desee alcanzar. Tras repasarlo, se concreta cuál es el punto de partida y qué se ha hecho hasta el momento. Una vez concretado, el coach busca las preguntas que hagan que el cliente encuentre nuevas respuestas, respuestas diferentes que le lleven a resultados diferentes o nuevas respuestas que desencadenan nuevos y extraordinarios resultados.
¿Qué vas a hacer para lograr tu objetivo con los recursos que dispones?
Ve desprendiéndote de tus autolimitaciones y descubriendo tus potenciales. “No esperes resultados diferentes haciendo siempre lo mismo” Albert Einstein. El último paso es la acción. Planear qué vas a hacer, cuándo y dónde, para conseguir los pequeños logros que te lleven a conseguir ese ansiado reto. Dividir el camino en pequeños escalones para subir de una determinada forma, en un determinado tiempo y lugar, con un compromiso que tú decides, porque es el triatleta y no el coach el que consigue el objetivo. El coach acompaña, anima, ayuda a describir nuevas formulas y apoya en la consecución del objetivo, y ante las posibles dificultades nunca se da por vencido. El coaching se vale de la “Programación neurolingüística” (Pnl), de la psicología Positiva, humanista, de la Gestalt… Con el marco de la aceptación y la empatía del coach sobre el coachee.
¿Sólo para el triatlón?
Cualquiera de nosotros sabe que nuestro carácter, el del triatleta, es muy valioso. Y de muchas maneras utilizas ese carácter de triatleta cuando te enfrentas a tu día a día…. ¿por qué no ibas a poder utilizar las herramientas que has aprendido en tu proceso de coaching enfocado al triatlón en tu vida cotidiana como utilizas tu alma de triatleta en el resto de ámbitos de tu vida cotidiana? Las herramientas que adquieres con el proceso son utilizables en cualquier aspecto de tu vida; lo único que tienes que hacer es cambiar el objetivo. Coaching es fijar una meta, ver cuál es el punto de partida, analizar las diferentes posibilidades y pasar a la acción. El coaching se practica identificando el objetivo y los posibles problemas que nos impiden conseguirlo, desaprendiendo las autolimitaciones, aprendiendo las nuevas habilidades y actuando de cara a la consecución del objetivo. En 1903 se estableció el record de la milla en 4 minutos 12 segundos y 75 centésimas. Tras lograrlo se afirmó que el record nunca podría ser superado. Los expertos de la época señalaron que era humanamente imposible correr más rápido. El cuerpo humano no estaba preparado para correr a una mayor velocidad durante menos de 4 minutos y que ningún cuerpo lo soportaría. Pese a los intentos nadie pudo rebajar los 4 minutos, hasta que el joven estudiante de medicina Roger Bannister (no tanto con el afán puramente deportivo de rebajar la marca, si no con el de demostrar que los “expertos” estaban equivocados) marcó un crono de 3´59,4´´. Roger sobrevivió a la hazaña. Lo curioso es que ocurrió el 6 de mayo de 1954 y que durante 1955 más de 300 atletas fueron capaces de bajar los 4 minutos. Actualmente el record lo posee Hicham El Guerrouj en 3:43:13.
Autor Hilario Real Milas. Psicologo. Triatleta del CTOA. -
http://www.eurotri.com/index.php?r=site/page&id=1325&idm=7&idCat=34
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