por Ignacio Aragoneses
Cuando el empresario se comunica con los empleados familiares o no, debe tener muy en cuenta aquello que dice y de que manera lo dice. Si hacemos afirmaciones o comentarios, que están fuera de lugar o de terceras personas pueden volverse en contra de nosotros.
Entre los errores más comunes que encontramos son la falta de respeto a una persona o menospreciarla, hablar de posibles proyectos futuros que pueden afectar la condición de seguridad del empleado ( ej: estamos pensando en alquilar el local o vender, vamos a realizar cambios en breve sin especificar, necesitamos recortar los gastos de personal…), tratar problemas familiares en la empresa delante de los empleados no familiares o de la clientela, hablar de un tercero cuando no esta presente, …etc.
Nunca debemos menospreciar o atacar a alguien para tratar de convencerlo o guiarlo por el camino que deseamos, estas tácticas nunca funcionan y hacen que el empleado no se desarrolle con libertad y pierda el interés por la empresa.
Conozco un caso de un amigo que comenzó a trabajar en una empresa en el departamento de recursos humanos, el empresario estaba presente durante los primeros días en la presentación de los nuevos empleados y durante el proceso de capacitación y de aprendizaje.
Durante una de las conversaciones que el empresario dio a los nuevos empleados se refirió a los pobres resultados de algunos de los que ya estaban trabajando en la empresa, algo que sorprendió a todos y no solo eso sino que además dio su propio veredicto sobre aquellos que no conseguirían los objetivos, dando los nombres.
Este tipo de actitud provoca un malestar generalizado en la empresa, el empleado se siente amenazado constantemente y no logra hablar libremente o desarrollarse, ya que prefiere hacer lo mínimo y no arriesgar o equivocarse, sabiendo que puede ser el tema de conversación de la siguiente reunión de empresa.
A los cuatro días mi amigo renunció al puesto y tuvo la suerte de poder encontrar otra posición similar en poco tiempo.
En la empresa familiar no es distinto y no podemos hablar mal de empleados sean familiares o no.
En el caso de la empresa familiar hay algo que debemos tener muy en cuenta y es la diferenciación entre la empresa y la familia, siendo conscientes de la importancia de aislar los problemas de ambas partes por separado y tratarlos en el momento y lugar adecuados.
Tratar los problemas familiares en la empresa o discutir delante de los empleados no familiares es otra de las grandes causas de fracaso en la empresa familiar.
Todos los problemas que son relativos a la relación de los familiares, relacionados directamente con la convivencia en la vida en familia o derivados del hogar, deben aislarse y tratarse fuera del horario de trabajo y el un lugar adecuado.
No hay peor imagen que la que pueden dar dos personas discutiendo delante de la clientela o de los empleados, el espectador siente que esta en un espacio extraño, ajeno a él y se siente violentado por la situación que esta viviendo. Normalmente suele perder clientela y empleados.
En una ocasión me tocó trabajar en una joyería en Madrid, en la que tuvimos que realizar unos pequeños arreglos y recuerdo perfectamente a la señora que atendía en el mostrador, una persona seria, agresiva con el cliente y con poco tacto a la hora de tratar con los requerimientos de la clientela. Realmente no supe que se trataba de la dueña hasta que el marido regresó a la tienda y ella le gritó, delante de los clientes : “Llevo todo el día esperando a que vengas para poder salir a comprar, me has dicho que tardabas 30 minutos, donde te habías metido”. A su vez el marido la contestó de malas maneras. Todo el mundo se quedó mirándoles con cara de asombro y poco a poco fueron saliendo hasta quedar la tienda totalmente vacía.
Mezclar los problemas familiares en los negocios es algo que puede echar a perder todos nuestros esfuerzos en un abrir y cerrar de ojos.
CONSEJOS
- Nunca hables mal de otra persona, los demás pensarán que también lo haces de ellos.
- Mantén la información sensible de la empresa en tus manos y de la directiva, no hagas que los empleados asuman las mismas preocupaciones y responsabilidades que tú tienes, esto causa un malestar sin sentido.
- No menosprecies a ninguna persona.
- Habla de los problemas particulares de cada individuo en privado.
- Trata de ser correcto en tus comunicaciones y no excederte en las palabras.
- Comunícate con claridad y precisión, no digas mas de la cuenta.
- No trates los problemas de la familia en la empresa, separa los conflictos y haz ver a los demás tu determinación por no perder el tiempo en problemas externos mientras trabajas. Pero no olvides de ocuparte de ellos en casa.
“Las cosas de casa quedan en casa”. Anónimo
Este es un adelanto del contenido del libro “Los errores de la Empresa Familiar y del pequeño negocio” que saldrá en las próximas semanas a la venta. Para más información no dudes en contactarme.
Autor Ignacio Aragoneses
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