por La Razón / Svetlana Salvatierra
Diego Lo Destro: Es Representante de la International Coach Federation (ICF) para Bolivia, fundada en 1995 y que cuenta con más de 18 mil socios que practican el coaching (entrenamiento) ejecutivo, de liderazgo y de vida. En Bolivia hay 30 entrenadores certificados y el primer Manager Coach formado es Fabrizio Zelada con enfoque al sector corporativo y financiero. Ambos promueven el conocimiento del coaching, una herramienta necesaria para potenciar el talento humano en las empresas.
— Usted es un filósofo que se convirtió en coach, ¿por qué?
— Siempre digo que cumplí con mi papá con el título de Técnico en Electrónica y luego me dediqué a estudiar lo que quería: Filosofía. Desde pequeño me gustaba… no le entendía nada a René Descartes, pero quería encontrar la frase del “primero pienso y luego existo”, en su Discurso del método. Mientras me graduaba, trabajé en una empresa que vendía equipos de aire acondicionado, tenía mucho contacto con la gente y empecé a leer sobre motivación y desarrollo personal. Dejé ese trabajo y me dediqué a escribir discursos para políticos, esa fue una salida laboral. Luego empecé a dar talleres de oratoria y liderazgo en el mundo corporativo. Concebí mi propio método de desarrollo del liderazgo a partir del modelo estoico, espiritualista, dialógico y es lo que actualmente aplico en las empresas. Los temas claves son la conversación consigo mismo, con el otro, la relación consigo mismo y con el otro, y desde la conversación empezar a concebir la empresa como una red cerrada de conversaciones. Sin olvidar que hay un conjunto de emociones.
— ¿Cómo ingresa el coaching a las empresas?
— Hace más de diez años que las empresas se dieron cuenta de la forma en la que influyen las emociones y las redes conversacionales en obtener más ingresos. Un estudio de Daniel Goleman dice que el 1% de aumento en el clima emocional de una organización produce el 2% de aumento en los ingresos. A partir de ese reconocimiento, comienzan a buscar profesionales que intervengan en el dominio emocional y permitan ese aumento. En los 80 empiezan otras modalidades de trabajo como el homeworker, trabajador desde la casa que no es posible controlar y no marca tarjeta. Entonces, ¿cómo hago para que produzca? El tema es proyectar el ser de la persona, sus objetivos personales y particulares, alineados con los objetivos de la organización. ¿Cómo se logra eso? Con personas especializadas, mentores, entrenadores. Con las teorías de Peter Draker se fueron introduciendo los modelos de liderazgo personal: “Yo me libero a mí mismo y después a otras personas”. Pero la motivación no viene de afuera, es intrínseca a la organización.
— ¿Cómo se va consolidando el coaching como profesión?
— Hay diversas organizaciones que buscan profesionalizar y regular la práctica del coaching, como la International Coach Federation. Su objetivo es regular, profesionalizar y estandarizar la profesión, de tal forma que no cualquiera vaya y diga “soy coach”, ha habido una tendencia a “bastardear” la profesión. En Argentina tenemos una maestría en la Universidad El Salvador, un posgrado en Coaching Empresarial en la Universidad de Belgrano, un diplomado de Coaching Organizacional en la Universidad de Palermo. Perú también tiene un diplomado. En Bolivia no hay.
— ¿Por qué es tan importante el coaching?
— La gente sabe muy bien lo que no quiere, pero muy poco sobre lo que sí quiere. Incluso hasta la forma en la que formulan los objetivos los boicotea.
En el ámbito personal, la gente te dice que quiere dejar de fumar cuando lo que en realidad quiere es una vida más sana; quiere dejar su trabajo cuando en realidad quiere uno que lo motive; quiere dejar de viajar en minibús cuando lo que quiere es comprarse un auto; en una compañía hay gente que quiere dejar de trabajar bajo dependencia cuando en realidad quiere convertirse en un emprendedor. El coach está para facilitar los procesos de cambio dentro de las organizaciones a nivel personal; vincula las metas organizacionales con las individuales de tal forma que se retenga al talento. Si la empresa crece y el empleado no, puede ser echado o cambiado de posición; cuando la empresa no crece y lo hace el empleado, él se va. El coaching interviene para que crezcan juntos, de tal forma que se pueda retener al talento y desarrollar el que tiene potencial.
— En todo caso, va en beneficio de la empresa…
— Nunca abordo a la organización independientemente del empleado y dejo muy claro que en ese proceso el empleado se descubre y al hacerlo puede elegir. ¿De qué sirve tener a un empleado desmotivado y retenerlo, cuando puedo tener uno súper motivado aunque quiera desarrollar su propio negocio? Si la compañía es inteligente, puede contratarlo como servidor externo.
— Parece sencillo…
— No lo es, porque hay fuerzas restrictoras e impulsoras del cambio. Hay mánager (gerentes) que le temen al cambio porque están cómodos como están, piensan que “si llegué hasta acá, está bien”. Pero nada fracasa tanto como el éxito pasado. Lo contrario es lo que le pasó a Hewlet Packard, lograron romper el paradigma de sólo hacer fotocopiadoras y ahora también venden laptops.
— ¿El cambio siempre empieza en el nivel gerencial?
— Todo cambio en una organización es en cascada, de arriba hacia abajo, más aún en la empresa tradicional que es de forma piramidal. Con las nuevas formas de trabajo se han horizontalizado las compañías y los cambios son laterales y colaterales. Los gerentes deben dejar de estar cómodos. En las empresas familiares, el coach interviene para promover el cambio en las incompetencias y conflictos laborales, donde las relaciones familiares se desvirtúan.
— ¿En Bolivia ya se cuenta con entrenadores certificados?
— Una capacitación empezó en octubre del año pasado y otra culminó la anterior semana. En Bolivia hay 30 profesionales certificados en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Son los primeros consultores y coach certificados.
— ¿Qué se necesita para ser un buen coach?
— Buscamos gente universitaria, no importa la formación (ingenieros, filósofos, economistas, etc.). Se necesita deseos de contribuir a un mundo diferente; de ser líder tradicional (con seguidores) a ser líder coach, generar otros líderes.
Perfil
Nombre: Diego Lo Destro
Profesión: Filósofo (Universidad Buenos Aires)
Cargo: Director de la Comisión de Comunicación y Relaciones Públicas de la ICF
Experto ‘coach’
Nació en Buenos Aires. La ICF (International Coach Federation) le otorgó el grado de PCC (Professional Certified Coach), es uno de siete profesionales con ese grado en Argentina. Es CEO de D&L Coaching & Consulting.
Fuente http://www.la-razon.com/suplementos/financiero/coach-facilitar-procesos-cambio_0_1668433220.html
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