miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Debemos controlar a nuestros trabajadores?




Son muchas las empresas que se hacen esta misma pregunta y otras parecidas como:

¿Debo estar encima de mis empleados en las cuestiones horarias?
¿Pongo una máquina de fichar a la entrada de la oficina?
¿Realmente mis trabajadores cumplen el horario de su jornada laboral?
Ciertamente, el control horario plantea una serie de cuestiones morales a tener en cuenta por parte de las empresas y no deja de ser un mero sistema de control y supervisión de los empleados. Las empresas deben mirar por sus beneficios pero no pueden dejar a un lado la visión más humana de su negocio: las personas.

Si la compañía lleva a cabo una actitud agresiva en cuanto a seguimiento y control horario a sus trabajadores, puede acabar teniendo un efecto totalmente negativo en las personas: enrarecido ambiente de trabajo, desmotivación laboral, poca implicación por parte de los recursos humanos etc. Todo esto puede generar una fuga de talentos con la consecuente pérdida de competitividad en el mercado. Y esto no se lo pueden permitir las compañías.

Otros dirán que la empresa paga un sueldo a sus empleados y que por tanto quieren que estos cumplan con el horario establecido. De acuerdo, pero ¿es el control horario el mejor camino? Generalmente la respuesta es no. Hay un camino distinto, más actual y adaptado a los cambios socio-económicos, que consiste en hacer conscientes a las personas de su rendimiento e implicación con los valores de la empresa. Recurriendo a la responsabilidad individual de cada sujeto es posible adoptar un modelo basado en la propia autogestión del tiempo y los horarios, enfocado a cumplimiento de objetivos y no de un horario establecido. Las personas se sentirán más libres de organizar su jornada laboral y por extensión más motivadas e implicadas con el proyecto empresarial.

Todo esto es muy bonito, pero os preguntaréis ¿de verdad alguien lo ha puesto en marcha? Pues sí. Sin ir más lejos, la Xunta de Galicia está llevando a cabo un plan experimental basado en la flexibilidad horaria y el teletrabajo con el fin de ahorrar costes en la administración público y de paso facilitar la conciliación laboral.

¿Y si todavía quiero controlar los horarios en mi empresa?

Por supuesto, estás en tu pleno derecho. De hecho, el no cumplimiento del horario laboral por parte de los trabajadores podrá generar faltas y sanciones si no se ha avisado previamente y sobretodo si es reiterado en el tiempo.

En el control del personal, si se quiere mirar con lupa el cumplimiento de los horarios lo mejor y más efectivo es recurrir a sistemas avanzados de tecnología como por ejemplo el uso de tarjetas personales, el análisis de huella dactilar o incluso del iris de los ojos. Este último se recomienda en sitios de alta seguridad por su elevado coste

Entre las cosas positivas a destacar de estos sistemas se encuentran su alto grado de efectividad, siendo de más del 99% en los casos de huellas dactilares. El punto negativo de estas modalidades es su alto coste para la empresa; no tanto en el caso de las tarjetas personales con banda magnética.

La opción económica de control personal será el uso de herramientas o software informáticos que monitorizan periodos de actividad que el empleado lleva a cabo con el ordenador o cualquier otro dispositivo. Este tipo de software realiza un seguimiento de nuestra actividad laboral al cabo de día y nos ofrece completos informes sobre cómo gestionado nuestro tiempo, horarios de entrada-salida y el tiempo dedicado a cada tarea o aplicación.

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